La empresa de renta de automóviles Thrifty Car Rental se acogió en Panamá a un beneficio otorgado por el Ministerio del Trabajo, argumentando una merma en sus ganancias durante la pandemia de COVID-19, que ha obligado a la compañía a emplear a menos personal, a pagarle la mitad del sueldo y disminuir las horas de trabajo de sus empleados, para de esa manera garantizarles un empleo estable sin tener que despedirlos o cerrar operaciones.
La empresa se acogería a las medidas de protección implementadas por el Estado, dirigidas a las compañías que generan empleo.
Pero la realidad de los ingresos para la empresa parece ser otra, pues se cree que estos han tenido una recuperación sustancial y que aunque el nivel de facturación de la rentadora de automóviles ha mejorado considerablemente y superado records incluso no vistos antes de la pandemia, la compañía no ha dejado de reducir el pago a sus empleados, obligándolos a laborar más horas de las estipuladas, para no perder su fuente de trabajo, mientras estos perciben apenas la mitad del sueldo.
El impacto y la reducción de sus pagos ha sido tal para algunos empleados en su economía personal y familiar, que ya no les alcanzaría para comer o para cubrir sus necesidades básicas, una situación que pudiera considerarse prácticamente como de explotación laboral.
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