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Reporteros Sin Fronteras condena el ataque frontal a la libertad de prensa en las protestas sociales en Colombia


Comunicado Conjunto

rsf.org

Reporteros sin Fronteras y la FundaciĆ³n para la Libertad de Prensa alertamos que existe un riesgo inminente de autocensura de quienes cubren las protestas debido a la escalada del uso excesivo de la fuerza policial contra periodistas, que da indicios claros de la intencionalidad de las agresiones y su sistematicidad, sin que exista un reproche pĆŗblico por parte de las autoridades.

Manifestamos nuestra extrema preocupaciĆ³n frente a las alarmantes cifras de violencia en el cubrimiento de las manifestaciones sociales. Entre el 28 de abril y el 3 de mayo (6 dĆ­as), se han documentado 70 agresiones y 76 vĆ­ctimas, de las cuales destacamos 32 agresiones, 7 robos y eliminaciones de material, 9 obstrucciones, 5 detenciones ilegales, 5 de acciones arbitrarias en redes sociales, 3 daƱos a infraestructura, 3 casos de negaciĆ³n al acceso a la informaciĆ³n, 2 amenazas, 2 hostigamientos, 1 estigmatizaciĆ³n y 1 exclusiĆ³n. AĆŗn estĆ”n en proceso de documentaciĆ³n otros 15 casos, de los cuales se advierten al menos 3 agresiones, 1 amenaza, 3 detenciones ilegales, 3 obstrucciĆ³n

Las agresiones se han concentrado en mayor medida en Antioquia (10), BogotĆ” (19), Valle del Cauca (9), Risaralda (4) y Santander (4), donde se han presentado mĆ”s expresiones ciudadanas y el principal agresor sigue siendo el Estado: 62% de las agresiones son atribuidas a la fuerza pĆŗblica y autoridades oficiales.

El Estado colombiano ha demostrado su incapacidad para brindar a la prensa el mĆ”s alto grado de protecciĆ³n para que puedan realizar su trabajo libremente y mantener a la sociedad informada sobre asuntos de elevado interĆ©s pĆŗblico. En el marco de las protestas, la prensa cumple una funciĆ³n esencial al recabar y difundir informaciĆ³n de lo que sucede en manifestaciones, incluyendo la actuaciĆ³n de las fuerzas de seguridad.

Las agresiones a las que la prensa ha sido sometida en los Ćŗltimos 6 dĆ­as revelan un nivel de violencia sin precedentes, asĆ­ como el propĆ³sito inequĆ­voco de impedir el cubrimiento de las manifestaciones sociales. Se han documentado 40 ataques provocados por la PolicĆ­a Nacional, entre ellos, miembros del EscuadrĆ³n MĆ³vil Antidisturbios –ESMAD-, que no son contingencias, por el contrario, son ataques dirigidos para intimidar, generar miedo y censurar a la prensa. Quienes son atacados con mayor vehemencia por parte de las fuerzas pĆŗblicas son aquellos que registran abusos de la fuerza contra los manifestantes.

Genera extrema preocupaciĆ³n la sistematicidad de las agresiones contra la prensa por parte de las fuerzas pĆŗblicas a pesar de estar debidamente identificados con chalecos y cascos. En particular, un periodista recibiĆ³ un disparo en el casco, (1 intento de homicidio), 4 periodistas reportaron ser golpeados con bombas aturdidoras, 4 periodistas reportaron que agentes del ESMAD les apuntaron a las caras (2 de ellos reportaron haber sido insultados por un agente de la fuerza pĆŗblica mientras le apuntaba con una escopeta calibre 12, cuyo uso fue suspendido por orden de la Corte Suprema de Justicia en 2020), 5 periodistas comunicaron a la FLIP que fueron agredidos y retenidos ilegalmente (1 de ellos conducidos a una zona aislada); 6 periodistas que estaban haciendo cubrimiento fueron acorralados por agentes motorizados; al menos 2 fueron lesionados por bombas lacrimĆ³genas y 1 por impacto de bala de goma.

Resulta desconcertante que el gobierno y las entidades de control aĆŗn no se pronuncien sobre la gravedad y sistematicidad de estos hechos. Sin embargo, esta no es la primera vez que el gobierno se niega a reconocer la sistematicidad de las agresiones a la prensa en el contexto de manifestaciones sociales: en el marco de la concertaciĆ³n del Decreto 003 de 2021, la FLIP hizo hincapiĆ© en la necesidad de incluir de manera expresa una obligaciĆ³n para la fuerza pĆŗblica de no agredir periodistas cuando ocurriesen focos de violencia, toda vez que en las protestas del 2019 ya se habĆ­a advertido este patrĆ³n de violencia. La respuesta del Gobierno fue desconocerlo y limitarse a hacer una referencia genĆ©rica a la garantĆ­a de la libertad de prensa. 

Por otro lado, los periodistas y medios de comunicaciĆ³n son actualmente sujeto de estigmatizaciĆ³n por parte de algunos funcionarios pĆŗblicos. Criticar a los medios de comunicaciĆ³n y periodistas por difundir las cifras sistematizadas por las organizaciones de la sociedad civil y las denuncias hechas en las redes sociales, en lugar de la informaciĆ³n oficial, es un sĆ­ntoma de un Estado antidemocrĆ”tico. Este llamado de las autoridades falta al principio periodĆ­stico de la confrontaciĆ³n de fuentes e impone una versiĆ³n oficial, violando asĆ­ el valor de la diversidad de voces, elementos tambiĆ©n caracterĆ­sticos de una democracia.

La libertad de expresiĆ³n y de prensa no implican solamente la posibilidad de expresar ideas y opiniones, sino tambiĆ©n la posibilidad de hacerlo sin sufrir consecuencias arbitrarias ni intimidatorias. Por ello, pedimos a:

    1. Al Presidente Duque y al Ministro del Interior que emitan un rechazo pĆŗblico  frente a los hechos violentos contra la prensa y envĆ­en un mensaje claro de cero tolerancia para los miembros de la fuerza pĆŗblica involucrados en dichas agresiones.
    2. A los convocantes del paro y los dirigentes y figuras pĆŗblicas de los movimientos sociales y partidos polĆ­ticos, a que rechacen todo tipo de agresiĆ³n contra la prensa. De igual manera, que se abstengan de hacer seƱalamientos que estigmaticen el oficio periodĆ­stico. Estos seƱalamientos pueden incitar a la violencia o verse como autorizaciones indirectas de futuras agresiones.
    3. A la ProcuradurĆ­a General de la NaciĆ³n para que asuma poder preferente en las investigaciones disciplinarias de las agresiones contra la prensa para cumplir con el deber de investigaciĆ³n y sanciĆ³n de los responsables.
    4. A los entes de control y a los alcaldes y gobernadores del paĆ­s que entreguen cifras transparentes sobre los hechos de violencia que han rodeado las manifestaciones sociales, como compromiso con la mĆ”xima publicidad en el acceso a la informaciĆ³n en Colombia.
    5. Al gobierno nacional, a los entes de control y a los alcaldes y gobernadores del paĆ­s que brinden cifras desagregadas y se informe cĆ³mo se estĆ”n gestionando las denuncias ciudadanas, incluidas aquellas en contra de los miembros de la fuerza pĆŗblica.

Internacionales

  1. A la RelatorĆ­a Especial para la Libertad de ExpresiĆ³n de la CIDH que haga un llamado urgente a las autoridades para que el uso de la fuerza se ajuste a la normativa que garantiza al respeto de los derechos humanos, entre ellos por el respeto por la actividad periodĆ­stica, y recuerden que la actuaciĆ³n de los cuerpos de seguridad estatales en el mantenimiento del orden pĆŗblico debe estar en estricto apego a los estĆ”ndares internacionales que rigen el uso de la fuerza bajo los principios de excepcionalidad, proporcionalidad y absoluta necesidad.
  2. A la RelatorĆ­a Especial para la Libertad de ExpresiĆ³n de la CIDH que haga un llamado urgente a las autoridades para que ordenen el cese inmediato del uso desproporcionado de la fuerza contra la prensa.  por parte de las fuerzas de seguridad del Estado.  y, en su lugar, protejan la actividad periodĆ­stica.
  3. A la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos para que se realice una misiĆ³n de verificaciĆ³n de la violencia contra la prensa.
  4. A la Relatora Especial sobre la promociĆ³n y protecciĆ³n del derecho a la libertad de opiniĆ³n y de expresiĆ³n de ONU haga un llamado a las autoridades nacionales a que se garantice el acceso a la informaciĆ³n al periodismo nacional pero en particular el regional y para las mujeres periodistas.
  5. A la secciĆ³n de libertad de prensa de la Unesco para garantizar la justicia a los periodistas agredidos e impedir la impunidad, y prevenir violencia de gĆ©nero.



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