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Venezuela suspendió entrega que hacía de crudo a España para saldar deuda con Repsol


Venezuela ha suspendido el pago de deuda a Repsol. PDVSA, la petrolera estatal controlada por el Gobierno de Nicolás Maduro, venía realizando entregas de crudo como forma de saldar en especie parte de las deudas que arrastra con la multinacional española, reseñó Juan Cruz Peña en El Confidencial.

Sin embargo, desde hace seis meses, Caracas ya no envía ningún barco de petróleo a España, tal y como confirman los registros oficiales de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores).

Aunque las entregas de crudo como forma de pago en especie de la deuda han sufrido altibajos a lo largo del tiempo, nunca antes se había producido un periodo de tiempo tan dilatado de suspensión de estas operaciones. Repsol ha rechazado hacer comentarios.


Las dificultades políticas, sociales y económicas que atraviesa Venezuela han obligado a la energética española a realizar en los últimos años fuertes saneamientos (provisiones y rebajas de valor de activos) por su exposición al país latinoamericano.

Ese esfuerzo contable ha ayudado a que la actual suspensión de la entrega de petróleo no haya supuesto males mayores para la compañía. En septiembre de 2017, la exposición patrimonial de Repsol a Venezuela era de 2.131 millones de euros, con lo que el deterioro de activos ha sido paulatino y en poco más de dos años ha caído casi 2.000 millones de euros: la exposición patrimonial a cierre de 2020 era de 320 millones de euros.

No obstante, en sus últimos resultados presentados a la CNMV por el primer trimestre de 2021, la firma presidida por Antonio Brufau advertía de nuevas dotaciones en su cuenta de resultados específicos (-144 millones de euros) debido “principalmente a las provisiones por riesgo de crédito en Venezuela”.

Este parón se produce a la espera de que mejore el contexto geopolítico. Tras varios años de tensión máxima entre el Gobierno chavista de Nicolás Maduro y los Estados Unidos de Donald Trump, la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca está produciendo acercamientos entre ambas partes.

Esto podría aliviar la situación de empresas como Repsol, ENI o Reliance, que operan desde hace décadas en el país latinoamericano y viven bajo la amenaza del Gobierno internacional de sanciones impuesto por la primera potencia mundial.

Aunque Repsol ha asegurado siempre que su operativa cumple escrupulosamente con la normativa internacional de sanciones, la multinacional energética dirigida por Josu Jon Imaz admitía en febrero de 2021 por primera vez que podría tener impacto por las potenciales sanciones de EEUU a Venezuela.

“Si se mantiene la situación actual en el largo plazo o se produjesen nuevas modificaciones de las políticas de EEUU, podrían verse afectadas nuestras actividades en Venezuela”, señalaba hace pocos meses para cubrirse y evitar cualquier problema de tipo legal con sus inversores. Sin embargo, tras esa advertencia, el contexto geopolítico actual va en buena dirección para sus intereses.

Pese a que varios mandatarios próximos a Trump habían amenazado públicamente a Repsol con imponerle sanciones si mantenía su operativa en Venezuela, la realidad es que la compañía ha seguido recibiendo petróleo de forma casi ininterrumpida durante los cuatro años que el magnate americano pasó en la Casa Blanca. Ha sido ahora, con el cambio de presidente, cuando la operativa está bajo mínimos, a la espera de un giro en la diplomacia norteamericana con sus vecinos del sur.

Desde hace semanas, la Administración Biden ya no exige como condición obligatoria para acabar con el Gobierno de sanciones el abandono de Maduro del Palacio de Miraflores, sede oficial del presidente de la República Bolivariana. Julie Chung, subsecretaria del Departamento de Estado para el Hemisferio Occidental, pide a Caracas una serie de condiciones (elecciones libres, liberar presos políticos, cesar la persecución a la oposición, permitir la prensa libre, etc.) como condición para levantar las sanciones.

La apertura de negociaciones es un paso muy importante dentro de EEUU, donde el lobby’ antichavista y anticastrista ejerce una fuerte influencia sobre el poder político. En este sentido, el senador demócrata por Connecticut, Chris Murphy, instó recientemente a la Administración de Joe Biden a revisar las sanciones contra el Gobierno de Nicolás Maduro. En ese contexto de acercamiento, el presidente de Venezuela ha liberado a seis presos políticos como gesto de acercamiento al Ejecutivo de Biden.

De continuar el enfriamiento de las tensiones entre ambos países, la situación para Repsol en Venezuela podría mejorar. La suspensión de la entrega de petróleo se produce en una situación de crisis humanitaria agravada por la pandemia del covid-19. La mayoría del petróleo que extrae PDVSA, cada vez con más dificultad por falta de medios, es refinada por firmas como Repsol o EN y puesta a disposición del sistema eléctrico del país en forma de diésel.

De esta forma se evitan cortes de luz, como ya sucedió en 2019, cuando los venezolanos tuvieron que soportar apagones que en algunos estados se prolongaron entre cinco y siete días, con lo que esto implica para las condiciones de vida de la población.



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