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Apresado residente de Florida Christian Emmanuel Sanon por su implicación en el asesinato del presidente de Haití Jovenel Moïse


Las autoridades de Haití anunciaron este domingo la detención de uno de los supuestos inductores del asesinato del presidente Jovenel Moïse. Se trata de Christian Emmanuel Sanon, un médico de 63 años residente habitual en Florida (EE UU) desde hace más de dos décadas, reseñó Jacobo García en EL PAÍS.

El jefe de la policía haitiana insinuó que Sanon conspiraba para convertirse en presidente y dijo que, entre otras pruebas, cuando la policía interceptó a varios miembros del comando “la primera persona a la que llamaron fue Emmanuel Sanon”, reveló el director general de la Policía Nacional, Léon Charles, en una rueda de prensa en Puerto Príncipe.

Durante el registro de su casa, la policía encontró una gorra de la DEA (agencia antidrogas estadounidense), una caja de cartuchos, 20 cajas de balas, 24 blancos de tiro sin usar y cuatro placas de la República Dominicana. Según la policía hay otros dos instigadores involucrados, pero sus identidades no se dieron a conocer.

De acuerdo con la reconstrucción policial, Sanon llegó a Haití hace un mes en avión privado desde Florida acompañado de un grupo de seis colombianos contratados originalmente para hacer de escoltas, “pero luego recibieron una nueva orden: arrestar al presidente”, dijo el jefe de la policía. “Ahí comenzó una nueva operación”, a la que se sumaron después otras 22 personas.

“Sanon llegó en avión privado en junio con objetivos políticos y se puso en contacto con una empresa de seguridad privada para reclutar a quienes cometieron el asesinato”, detalló Charles. La empresa contratada, dijo, era una compañía de seguridad venezolana con sede en Estados Unidos llamada CTU. Precisamente, en referencia a esta empresa, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, reveló este sábado que la compañía es propiedad de Antonio Intriago, un venezolano vinculado a la oposición, “amigo personal de Juan Guaidó y Leopoldo López”, denunció Maduro desde Caracas.

En cuanto a la investigación del magnicidio, el objetivo ahora de la policía haitiana ―que trabaja con funcionarios colombianos y siete agentes del FBI llegados al país― es saber quién financió la operación, pagó los boletos del segundo grupo y abonaba sus salarios, que rondaban los 2.700 dólares (2.275 euros) por persona. Los dos estadounidenses de origen haitiano arrestados confesaron al juez que no estaban en la habitación del presidente cuando fue asesinado y que habían sido contratados solo para hacer de traductores para el comando. Según dijeron, el objetivo no era matar al presidente, sino secuestrarlo para llevarlo al Palacio Nacional.

En esta dirección, la policía también investiga el papel desempeñado en la operación por Dimitri Hérard, jefe de seguridad del Palacio Nacional. Desde antes del magnicidio Hérard estaba en el punto de mira de los investigadores por supuesto tráfico de armas y tendrá que testificar este lunes junto al jefe de seguridad del presidente Moïse, Jean Laguel Civil. Ambos son sospechosos de permitir que el mandatario fuera torturado con saña y asesinado sin que nadie de su equipo resultara herido. Ambos tendrán que explicar cómo el comando logró entrar a la vivienda sin que hubiera intercambio de disparos, aunque el exterior quedó regado de casquillos.

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