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El viaje a Moscú de un enviado de Carles Puigdemont para contactar con los servicios secretos rusos


Josep Alay, jefe de la oficina de Puigdemont como expresidente de la Generalitat, viajó a Moscú y se reunió con personas vinculadas a los servicios secretos rusos. Además, impulsó tratos, como ventas de gas y petróleo. Las informaciones que vinculan a Alay con los servicios secretos rusos las publicó el New York Times, que ha tenido acceso a un informe de los servicios secretos de un país europeo, pero también coinciden con el sumario del caso Voloh, que avanzó El Periódico de Catalunya, y en el que hay mensajes de Alay a Puigdemont informando de sus avances con los rusos para conseguir que apoyasen la independencia, reseñó Marcos Lamelas en El Confidencial.

Alay es un cargo de confianza de la administración catalana. Está cobrando 105.000 euros brutos anuales de la Generalitat por dirigir la Oficina de Carles Puigdemont como expresidente. Josep Alay ya estuvo imputado por ser uno de los acompañantes de Puigdemont en el coche cuando fue detenido en Alemania.

En Rusia, Alay se reunió con Oleg V. Syromolotov, jefe de la contrainteligencia del FSB, algo que el político catalán niega. Sí que reconoce que mantuvo un encuentro con Yevgeny Primakov, nieto del reputado espía del mismo apellido, una leyenda del KGB. Tras verse con Primakov, Alay envió un mensaje a Puigdemont asegurando que eran “buenas noticias”.

Los movimiento de Alay que ahora han salido a la luz son recientes, de los años 2019 y 2020. También hay otros posteriores, como una reunión en Barcelona con dos agentes del FSB, el servicio secreto ruso que volaron a la capital catalana en 2018, justo dos días después de que Tsunami Democratic tomase el aeropuerto de Barcelona. Los agentes eran el coronel Sergei Sumin y Artyom Lukoyanov, hijo adoptivo de un asesor clave de Vladimir Putin. Alay reconoce que se vio con los ambos en compañía de Alexander Dimitrenko, un empresario ruso al que el Gobierno español ha negado la ciudadanía española acusado de trabajar como espía ruso.

En los mensajes del teléfono de Alay intervenido por la Guardia Civil se informa a Carles Puigdemont de los avances con los rusos, de pagos de dinero por operaciones de compra –295.000 euros– por compras de petróleo o gas. Alay también se muestra preocupado ante Gonzalo Boye porque las declaraciones de Puigdemont no puedan molestar a Rusia, por ejemplo, con el caso Navalny. La vinculación de Alay con los rusos parece muy estrecha, demasiado para estar cobrando de la Generalitat, y apunta a una apuesta estratégica de Puigdemont por Rusia como aliado para conseguir la independencia de Cataluña.

Estas informaciones aparecen cuando la Fiscalía ha desestimado investigar los vínculos de Alay con los rusos, una decisión del fiscal Fernando Maldonado, que asegura que no hay delito en la actividad de Alay.

Sin embargo, el informe de los servicios secretos europeos va en el mismo sentido que el juez Joaquín Aguirre: vínculos muy estrechos con los servicios secretos rusos. Hay, por ejemplo, una reunión en 2020 de Josep Alay con los dos espías rusos que inspiraron la serie 'The Americans' – Andrei Bezrukov y Yelena Vavilova y que Alay justifica porque fue a dar dos clases a su universidad. Dmitrenko acompañó a Alay a este viaje. Dmitrenko consiguió un puesto como embajador de la Cámara de Comercio de Barcelona, en la época en que la presidía Joan Canadell, ahora diputado de JxCAT.

Estos movimientos pueden parecer alocados o desesperados, pero encajan con la preocupación del entorno de Puigdemont en Waterloo de la falta de reconocimiento internacional de sus aspiraciones independentistas.

El eurodiputado de Cs, Jordi Cañas ya ha informado de esta situación a la Comisión Europea y va a pedir el informe de los servicios secretos donde se relatan las idas y venidas de Josep Alay a Moscú.

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