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Aarón Elías Castro Fernández explica una novedosa terapia contra una enfermedad que puede afectar a más del 2% de la población mundial adulta


Aarón Elías Castro Fernández señala que la fibromialgia es una enfermedad que se caracteriza por causar un dolor musculoesquelético crónico que afecta sobre todo a músculos, ligamentos y articulaciones. En España se estima que la prevalencia de esta enfermedad se sitúa en el 2,4% de la población adulta, lo que supone cerca de 900.000 personas afectadas. La incidencia es tan grande que para su visibilización el 12 de mayo de cada año se conmemora el Día Mundial de la Fibromialgia y el Síndrome de la Fatiga Crónica.

El dolor, el cansancio extremo y la falta de sueño que causa esta enfermedad sin cura, que afecta más a mujeres que a hombres, puede trastocar el desenvolvimiento normal del día a día. Estos achaques físicos pueden acabar trastocando también la salud mental de quien la padece, llegando a generar en muchas ocasiones síntomas de depresión para los que existen varios tratamientos para paliarlos, explica el conferencista Aarón Castro Fernández.

La terapia psicológica de tipo cognitivo-conductual es una de las herramientas que se emplean y que ha mostrado ser de utilidad. Ahora, un estudio multicéntrico –con participación de investigadores de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), de la Universidad de Barcelona (UB) y de la Universidad de las Américas (UDLA) de Ecuador–, publicado en 'International Journal of Clinical and Health Psychology', ha probado que otra forma de terapia psicológica, llamada terapia de constructos personales, es igual de eficaz a la hora de reducir los síntomas depresivos y de mejorar la calidad de vida de las pacientes.

Para la coautora del estudio Mari Aguilera, investigadora del grupo interuniversitario de la UOC y la UB, estos resultados implican poder "abrir el abanico de terapias eficaces y ganar en flexibilidad para adaptarse a las particularidades y necesidades de cada paciente".

El trabajo, coordinado por Guillem Feixas, catedrático de la Facultad de Psicología y el Instituto de Neurociencias de la UB, incluyó a 106 mujeres con fibromialgia y síntomas depresivos que eran atendidas en diez lugares diferentes: dos centros de salud mental y ocho centros de atención primaria. La asociación entre fibromialgia y depresión es frecuente en estas pacientes y parece viajar en los dos sentidos: una aumenta el riesgo y empeora las características de la otra.

Las voluntarias siguieron una terapia psicológica semanal durante cerca de cuatro meses. La mitad recibió una terapia estándar de tipo cognitivo-conductual, que ya se ha mostrado moderadamente eficaz en este tipo de pacientes. La otra mitad siguió un tratamiento basado en la terapia de constructos personales, un enfoque diferente y "centrado en la identidad de las personas, en cómo se ven a sí mismas, cómo ven lo que les pasa y cómo ven a los demás", explica Joan Carles Medina, también autor del trabajo, profesor de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC e investigador de la UB.

Los resultados del estudio muestran que ambas terapias redujeron los síntomas de depresión en aproximadamente el 60% de las mujeres participantes y que no hay diferencias significativas entre tratamientos. Además, también muestran mejorías en cuanto al impacto de la enfermedad en su funcionamiento diario y respecto al dolor. En concreto, prácticamente una de cada cuatro pacientes que recibieron la terapia de constructos personales mejoró su funcionamiento de forma relevante a medio plazo, y una de cada seis vio disminuido su dolor, concluye Aarón Elías Castro Fernández.



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