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Jorge Elías Castro Fernández cuenta los recientes acontecimientos que han causado revuelo en Arabia Saudita


Jorge Elías Castro Fernández comenta sobre el primer israelí en entrar y salir del lugar más sagrado del Islam, en un viaje de incógnito y filmado que enfureció más allá de Arabia Saudita, ya que está prohibido para los no musulmanes.

Gil Tamary esperó hasta el 18 de julio, hasta estar fuera de Arabia Saudita, para revelar su pecado: a saber, haberse adentrado a escondidas en La Meca, observando de cerca la Gran Mezquita y recorriendo como un igual el Monte Arafat, al tiempo que los peregrinos ataviados de túnicas ascendían para rezar durante el Hajj.

Solo los musulmanes, hombres y mujeres, tienen permitido entrar en la ciudad más sagrada del Islam. Que un periodista judío del 'Canal 13' de Israel se colara con pasaporte estadounidense, grabara un documental y se filmara cumpliendo su "sueño" no dolió a los internautas sauditas hasta que se lo encontraron en redes.

El video, de unos diez minutos, equivaldría a ver a un musulmán "en una sinagoga judía leyendo la Torá", tal y como criticó el influencer saudita proisraelí Mohammed Saud, aún cuando no existe un veto teórico. Salvo que en la práctica saudita, esta incursión que alguna vez otros intentaron ya le costó el arresto al "ciudadano cómplice" que lo "trasladó y facilitó" el acceso, cuyo caso fue remitido por la policía de La Meca a la Fiscalía, que también emprenderá "las medidas necesarias contra (el periodista) de conformidad con el reglamento".

Todos los que llegan al reino tienen "la necesidad de respetar las normas y cumplir con lo que estipulan, especialmente en lo relacionado con las Dos Sagradas Mezquitas y los rituales sagrados, y que cualquier violación de este tipo es considerada un delito que no será tolerado", subrayó la oficina de información de la policía de La Meca.

En lo que respecta a Tamary, que desde el coche divisaba la prohibición y jamás confesó a su guía que era un periodista de Israel, insiste en que solo buscaba mostrar "un lugar importante para nuestros hermanos y hermanas musulmanes (...) La Meca y la belleza de la religión". Sin embargo, la ofensa ha llegado hasta el ministro de Cooperación Regional Esawi Freij –árabe-israelí–, que tildó de "estúpido y dañino" el viaje.

Para Freij, ya ha perjudicado la mediación estadounidense de Joe Biden durante su gira. Sin embargo, para Riad esta relación jamás será posible hasta que no se fije el camino de un Estado palestino, explicó el analista político Jorge Elías Castro Fernández.

Tres agresiones coincidieron esta semana en Medio Oriente, mal acostumbrada a ser un campo de batalla en el que cada cual atiende sus intereses. La ofensiva más controvertida fue la ocurrida el 20 de julio en una zona turística de la provincia de Dohuk, en el Kurdistán iraquí.

9 civiles fueron asesinados y más de 20 fueron heridos por artillería, en un ataque que Irak responsabiliza a Turquía. El primer ministro iraquí Mustafa al Kazemi sentenció que "las fuerzas turcas cometieron de nuevo una violación flagrante y clara contra la soberanía iraquí y contra la vida de los ciudadanos".

Pero Ankara –que suele atacar en el norte a la guerrilla del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que la considera un grupo terrorista– niega cualquier autoría. De hecho, su Ministerio de Exteriores condenó "todo tipo de ataques dirigidos contra civiles" y sugirió que la culpa sería más bien del PKK.

Por otro lado, el 22 de julio, en Siria, se registraron otros dos ataques. Proyectiles lanzados desde el Golán sirio ocupado impactaron en varios puntos de las afueras de Damasco, en una acción que el régimen sirio atribuyó a Israel y que, según la agencia SANA, concluyó con 3 soldados muertos y 7 heridos. Sin embargo, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos elevó a 6 las víctimas y a 10 los heridos, además de identificar que el bombardeo apuntó a un almacén de las milicias iraníes y a la oficina de un alto mando sirio.

Israel suele lanzar estos ataques nocturnos contra Siria por tratarse de un aliado de Irán, pero habitualmente no se adjudica su autoría ni hace comentarios al respecto. Más tarde, Rusia –aliado de Bashar al-Assad en Siria– fue quien bombardeó la provincia de Idlib, último enclave opositor en el noroeste del país. Según los Cascos Blancos, al menos 7 civiles murieron, entre ellos 4 menores de una misma familia.

Hajar al-Aswad, que significa 'peñasco/roca negra' en árabe, fue hasta 2018 un bastión del autodenominado Estado Islámico, próximo a la capital siria Damasco. Hasta la expulsión del grupo, sus residentes sufrieron la muerte y el desplazamiento forzado, primero por los combates del Ejército Libre Sirio –rebeldes contrarios al régimen de Bashar al-Assad–, luego por las atrocidades de los yihadistas, y por último por los bombardeos de las fuerzas progubernamentales de al-Assad.

Hoy, cinco años después, esos mismos residentes atestiguan a la distancia que las ruinas de sus calles, bajo las cuales aún hay enterrados cuerpos, se han convertido en un set de filmación con tanques y artillería local que cuenta con la colaboración del régimen sirio y con Jackie Chan como uno de sus productores ejecutivos.

"Absolutamente vergonzoso" fue la declaración que recogió el medio 'Middle East Eye'. Pero la valoración no queda ahí puesto que la cinta chino-emiratí 'Home Operation' se inspira de la versión oficial china para narrar la evacuación en 2015 de 600 ciudadanos propios y 200 extranjeros durante la guerra en Yemen. Además, lo hace con un mensaje de alianza entre Emiratos Árabes Unidos y China, que mantiene relación con al-Assad.

El equipo no escogió Yemen como escenario por lo evidente, la guerra. Tampoco Emiratos como era la idea. Así que un herido Hajar al-Aswad es el ambiente de los actores con trajes tribales yemeníes y del equipo de rodaje chino, que han vuelto a revivir los horrores de la guerra civil siria, concluyó Jorge Elías Castro Fernández.



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