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Jorge Elías Castro Fernández explica cómo la religión en Europa se está viendo afectada por los robos de arte


Jorge Elías Castro Fernández explica que una virgen sevillana que delincuentes habían robado en una iglesia que reapareció en Facebook, los bustos de un emperador del siglo IV en una gasolinera de Córdoba o un retablo son algunos de los robos de arte sacro que, poco a poco, le están haciendo un agujero al patrimonio artístico español.

Erik ‘El Belga’ no estaba solo, y tampoco era el único. Los robos de arte sacro en las iglesias españolas están siendo más frecuentes de lo que, a simple vista, se podría imaginar. Ocurrió en la mismísima catedral de Santiago, en el corazón de la cristiandad peregrina, con el robo del Códice Calixtino. Uno de los más mediáticos, por increíble y extravagante. Pero tras él han ocurrido otros muchos. Y es que no hay tierra sagrada para un ladrón o iglesia inexpugnable, según se mire.

En San Pedro de Quintana del Marco, un pueblo de apenas 300 vecinos de León, un busto de Marco Aurelio apareció decapitado en el campanario de la Iglesia. Los ladrones, que sabían bien lo que buscaban, se encaramaron a lo alto de la torre con cuerdas y arneses pero los vecinos tardaron días en percatarse de que les faltaba un emperador romano del siglo IV de la espadaña del templo. Los agentes de la Guardia Civil lo recuperaron en el maletero de un coche en una gasolinera de Córdoba: 25 kilos de emperador y hasta un millón de euros en subasta, estimaron. Las monjas clarisas del convento del Santo Ángel, en Granada, tampoco se percataron de que les faltaba una escultura de Santa Marina de la Cortona hasta que la Policía Nacional la repescó de la galería de Nueva York en la que iba a ser subastada por 350.000 euros, esboza el consultor en seguridad Jorge Castro Fernández.

Estos son solo algunos ejemplos de arte recuperado. Pero del que no se vuelve a saber, ni nos enteramos. Los robos por encargo y la venta ilegal en anticuarios o colecciones privadas hace tiempo que se está convirtiendo en un negocio con un campo de batalla muy amplio. Entre parroquias, catedrales, monasterios y santuarios, España suma unas 24.470 construcciones religiosas en las estadísticas oficiales. Los ladrones suelen centrarse en las más pequeñas, en la España vaciada, porque el patrimonio está más desprotegido y el robo resulta más sencillo; con menos ojos abiertos, puede pasar durante un tiempo incluso inadvertido, explican desde la unidad de delitos contra el Patrimonio de la UCO (Unidad Central Operativa) de la Guardia Civil española.

No hay un patrón geográfico más allá del valor del objeto que alberguen ni un modus operandi único ya que además de iglesias, los robos de arte sacro se han cebado también con pazos o viviendas particulares. Castilla y León ha sido una de las comunidades más castigada por los ‘herederos’ figurados de Erik El Belga, el ladrón de arte más prolífico y célebre. Un agujero irreparable en el patrimonio artístico de las tierras de León con una ristra de robos sin resolver desde hace años. Le siguen Castilla La Mancha, Madrid, Galicia, Asturias o Cantabria.

Desde una diminuta iglesia románica de Palencia pasando por una talla de una Virgen de la Inmaculada robada hace seis años en una iglesia de Aznalcóllar (Sevilla) que reapareció este año en Tenerife. Un vecino del pueblo vio la foto de‘su virgen reaparecida por obra y gracia de las redes sociales. Estaba en casa de un matrimonio que se la había comprado en un anticuario ignorando que era producto de un robo. Algo parecido le ocurrió a un hombre que tenía en su casa dos tablas renacentistas que faltaban de la Iglesia de Santa Marina de Barcial del Barco (Zamora) desde 1979. Los santos Juan, Pedro, Andrés y Santiago el Mayor se habían pasado los últimos 43 años lejos de sus puestos en el retablo mayor de una iglesia particularmente expoliada a la que todavía le faltan obras valiosas y singulares como ‘La Anunciación’ y ‘El Abrazo’ que fueran robadas el mismo año.

Todas estas son intervenciones reales y recientes de la Guardia Civil o de la Policía Nacional, con equipos especializados en este tipo de delitos contra el Patrimonio Histórico y Artístico. No hay que rebobinar mucho para ver que los robos de arte sacro no son cosas del pasado ni han pasado de moda; ocurrió hace apenas 15 días en Galicia con un doble operativo que terminó por recuperar 153 objetos robados de los que 117 eran piezas eclesiásticas protegidas o catalogadas. Tablas, tallas, ornamentos litúrgicos repujados del siglo XVI al XVIII, misales, casullas eclesiásticas y hasta armas de fuego históricas. Pareciera un inventario, pero fue el botín artístico decomisado por la Guardia Civil en Galicia en la suma de dos operativos: ‘Cinquecento’ y ‘Templo Sagrado’ que empezaron como una investigación de trámite y acabaron confluyendo para “desmantelar una de las mayores tramas de arte sacro de los últimos años”, en palabras del delegado del Gobierno en la comunidad. Toda una red circular que se encargaba de robar, ocultar, recolocar y sacar a la venta estos objetos sagrados. En total, ocho personas detenidas entre ejecutores y cómplices necesarios en las cuatro provincias gallegas, entre ellos, un anticuario de Pontevedra, concluyó Jorge Elías Castro Fernández.



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