Una variedad casi infinita de últimas tendencias de moda en un clic de tu casa a un precio de escándalo y una fuerte estrategia digital. Ésta es la apuesta de Shein, la empresa de moda rápida que ha arrasado desde la pandemia y que ha sido valorada en 100.000 millones de dólares, más que su competencia, H&M e Inditex, juntas. Todo a expensas de, como era previsible, las condiciones laborales de las personas trabajadoras.
Jornadas de 75 horas y contratos y medidas de seguridad inexistentes. Public
Eye , una ONG suiza orientada al desarrollo solidario, ha publicado
una investigación, traducida y difundida por la Campaña Ropa Limpia de Setem Catalunya , que
llega "hasta los caminos más tortuosos de Guangzhou, en el sur de China",
donde miles de trabajadoras fabrican estas prendas, reseñó Xarxanet.
⏰ Vols saber quina és #LaCaraOcultadeShein?
— SETEM Catalunya (@setemcat) October 6, 2022
⛔ Estructura opaca i vulneració de drets fonamentals.
✊ Demà és el #DiaDelTreballDigne i comencem la campanya per exigir a @SHEIN_Official responsabilitat i transparència!
➡️ Tota la info a l'informe: https://t.co/qyr7cALz77 pic.twitter.com/Hwjtaa7rgT
La investigación lleva a la ONG a Nuncan Village , un pueblo con decenas de
talleres pequeños dedicados casi exclusivamente a la producción de ropa para
Shein, algo no habitual ya que los talleres suelen producir a la vez para
marcas locales, y porque las grandes empresas de ropa buscan proveedores
grandes y bien regulados.
De hecho, es una cadena de suministro basada en la subcontratación de
pequeños proveedores que pujan a través de WeChat la fabricación de pedidos
cortos lo que permite a Shein reventar precios y fabrica una prenda en una
semana.
En uno de los talleres más grandes no encuentran salidas de emergencia , las
bolsas de ropa cierran al paso y hay rejas en los pisos superiores. "No
quiero ni pensar qué pasaría si se declarara un incendio", dice la
investigadora china contactada por la ONG que trabaja por una organización
que defiende los derechos laborales, cuyo nombre no se revela para evitar
represalias del gobierno chino.
Las trabajadoras entrevistadas por la investigadora coinciden con las horas
de trabajo. Trabajan por la mañana, de 8 a las 12 h; por la tarde, de 13:30
a 17:45 h; y por la noche, de 19 a las 22 o 23 h; y tienen un día de fiesta
al mes. Esto supone más de 75 horas de trabajo semanales, una doble jornada
que es ilegal según la normativa china y según el protocolo de Shein para
proveedores. Las horas extras nunca se retribuyen.
La investigadora comenta que esto no es inusual, recoge el informe. Las
trabajadoras de la industria textil suelen ser personas migradas que vienen
de las provincias temporalmente a la ciudad solas para trabajar todas las
horas que puedan y ganar un sueldo más digno que en los pueblos.
En una de las fábricas, la investigadora calcula el precio que pagarán a una
trabajadora por realizar un traje sencillo de poliéster con flores azules
estampadas que se puede comprar en la web de Shein al 50% por poco más de 5
euros. Como mucho, las trabajadoras cobrarán 44 céntimos por prenda.
Cobran por prenda según su complejidad. Una de las personas entrevistadas
afirma que el salario por pieza es considerablemente más bajo aquí que en
otras fábricas en las que había trabajado antes, pero añade que las
exigencias de calidad tampoco son muy estrictas.
Sin embargo, los salarios mensuales pueden llegar a unos 1.415 euros en
meses buenos, ya un tercio de esta cifra en meses malos. Están, por tanto,
por encima del salario digno mensual en el país pero corresponden a una
doble jornada laboral.
Ninguna de las entrevistadas tiene contrato ni cotiza a la Seguridad Social
. En talleres pequeños no es raro, pero en empresas de más 100 trabajadoras,
como es el caso de las personas entrevistadas, la ley china obliga a
realizar un contrato.
Cuando haces una compra en Shein, la aplicación te permite realizar el
seguimiento del producto. Antes del envío, llega a un "almacén
internacional" sin más información sobre su ubicación. La investigación
sitúa uno en Ambo, a una hora en coche de las fábricas de Guangzhou. Es
propiedad de la empresa de logística estadounidense Prologis y emplea a
10.000 empleadas.
Sus condiciones no son mejores que las fábricas. Hacen jornadas diarias de
12 horas y de 14 en épocas puntas, trabajan al menos 22 días al mes y hasta
28 días ya que el precio por prenda se dobla a partir del 23 día trabajado.
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