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Gassan Salama Ibrahim, el colombopanameño cuyos negocios en Venezuela han gravitado entre la corrupción alimentaria y el saqueo petrolero


Gassan Salama, activista de la causa palestina, nacido en Colombia y naturalizado panameño, publica frecuentemente mensajes de apoyo a las revoluciones cubana y bolivariana en sus cuentas de redes sociales. Pero esa inclinación no es la principal señal para dudar de su imparcialidad como observador de las elecciones en Venezuela, papel que desempeñó en los cuestionados comicios en los que Nicolás Maduro se ratificó como presidente. De hecho, Salama, un empresario y político que ha realizado polémicas búsquedas de restos de submarinos en aguas del Caribe, encontró su verdadero tesoro en el principal programa de control y ayuda social del chavismo, el Clap, por el que recibe millones de euros, según un reporte de expresa.se.

Gassan Salama Ibrahim fue uno de los pocos observadores internacionales en las elecciones del 20 de mayo de 2018, en las que Nicolás Maduro fue reelegido presidente de la República en un proceso que la mayoría de la oposición venezolana y gran parte de la comunidad internacional no reconoció. El día que el Consejo Nacional Electoral (CNE) lo acreditó como «observador internacional», lo que hoy parece la génesis de la crisis político-institucional del país, Gassan Salama ya era socio del Gobierno de Maduro en el negocio de vender alimentos para el programa estatal del Comité Local de Abastecimiento y Producción (Clap) con su empresa Lido Internacional SA, según un reporte de Roberto Deniz para la web armando.info.

Concebidos en 2016 como un plan para la producción de alimentos en las comunidades, los CLAP rápidamente derivaron en un programa de importación y distribución de alimentos y otros productos de primera necesidad en zonas populares, donde se halla la base electoral del chavismo. Los CLAP dieron lugar a un festín de coimas, sobreprecios e influencias en la asignación discrecional de contratos por parte de Corpovex, la estatal encargada de centralizar las importaciones públicas. Parte de la fortuna de connotados empresarios del chavismo, como Alex Saab Morán, Samark López Bello o Gassan Salama Ibrahim, procede de allí.

El 6 de marzo de 2018, el buque Maersk Wismar arribó al puerto de La Guaira, cerca de Caracas, con 766 toneladas de alimentos en 30 contenedores embarcados por Lido Internacional desde el puerto de Manzanillo, en Panamá, según documentos de la Dirección Nacional Integrada de Aduanas y Servicio de Administración Tributaria (Seniat). Los productos incluían mayonesa, arroz y harina de maíz, tres de los once artículos que suelen incluirse en los combos CLAP que el Gobierno distribuye en las zonas pobres. El 23 de abril, un mes antes de que Gassan Salama apareciera en Caracas con su chaleco de observador internacional, su empresa envió otras 620 toneladas de alimentos en el buque San Alessio, según informó la autoridad aduanera.

El destinatario de ambos envíos fue la Corporación Única de Servicios Productivos y Alimentarios (Cuspal), adscrita al Ministerio de Alimentación, aunque fueron contratados por la Corporación Venezolana de Comercio Exterior (Corpovex), holding responsable de centralizar las importaciones públicas. Aunque no se pudo comprobar el contrato correspondiente de esta entrega, Lido Internacional sí aparece en una lista de contratistas de Corpovex, que contiene los nombres de varios proveedores de alimentos del programa que Nicolás Maduro oficializó en marzo de 2016 en respuesta a lo que llama la «guerra económica» por parte del empresariado nacional y factores internacionales.

La empresa de Gassan Salama también se ha destacado en la información intercambiada en las reuniones que mantienen desde 2018 funcionarios de unidades de inteligencia financiera de varios países de la región para investigar posibles prácticas corruptas en los negocios del Gobierno venezolano. Con base en esta información, entre enero y agosto de 2018, las exportaciones de Lido Internacional a Venezuela sumaron casi 3.500 toneladas.



«Lido Internatiional», filial en Cuba de Lido Internacional

Tan solo el 17 de noviembre de 2017, la empresa de Gassan Salama recibió pagos del Gobierno venezolano por casi dos millones de euros relacionados con la «adquisición de combos alimentarios». En enero de 2018 hubo otro giro por 1,8 millones de euros, según fuentes de Corpovex. El suministro de los Claps no fue el primer negocio de Lido Internacional con Maduro. En octubre de 2018, las autoridades pagaron a la empresa panameña otros 9,7 millones de euros como pago del contrato 0135, firmado inicialmente con Corpovex en 2016 para la venta de azúcar cruda. “Para ser honesto, no tengo ninguna información al respecto. Tendría que preguntarle al dueño, pero no está en el país”, aseguraron las oficinas de Lido Internacional en Panamá cuando periodistas le preguntaron sobre el tema.

En las cuentas de redes sociales del empresario de origen árabe, nacido en Colombia y naturalizado panameño en 2001, no hay rastros de sus negocios con el chavismo . Por otro lado, abundan los mensajes de apoyo a Hugo Chávez, Adán Chávez (hermano del presidente fallecido), Nicolás Maduro o Fidel Castro, así como fotos en lugares emblemáticos de las revoluciones cubana y bolivariana, de las que declara él mismo un ferviente defensor. También hay constancia de su participación como observador internacional en el proceso electoral del 20 de mayo de 2018.







Gassan Salama junto a Rodolfo Marco Torres, extitular de Finanzas y exministro de Alimentación de Venezuela

“Es un placer ser invitado a Venezuela como observador internacional, más cuando estoy siendo invitado como palestino para un acto democrático tan significativo”, escribió en Twitter ese día. El mensaje va acompañado de una foto donde aparece luciendo un polo rojo y el chaleco marrón del CNE junto al expresidente de Ecuador, Rafael Correa. También publicó un video tomado desde la tarima del Palacio de Miraflores, sede del Gobierno en Caracas, donde Nicolás Maduro celebró su disputada victoria.

“Felicitaciones al pueblo venezolano por sus elecciones. Espero que los países de la región entiendan que en diez meses se realizaron cuatro elecciones en Venezuela. El pueblo es soberano y decidido”, elogió al colgar el video en los medios. No está claro si el video fue realizado por Gassan Salama, a pocos metros de Maduro y mezclado entre los ministros y jefes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Sin embargo, hay más evidencias de su cercanía al chavismocifras. En diciembre de 2016 fue homenajeado por el entonces gobernador del Táchira -suroeste de los Andes venezolanos-, José Gregorio Vielma Mora, también militar en retiro y exjefe del organismo de control fiscal durante la presidencia de Hugo Chávez. El mismo día que Vielma Mora entregó la “máxima orden de excelencia del estado Táchira” a su esposa y valoró a los integrantes de la Coral Estatal en su cuadragésimo aniversario, también entregó a Gassan Salama la Orden al Mérito del Trabajo.





“En reconocimiento a su esfuerzo y dedicación, y a su destacada actividad profesional, laboral, comercial, empresarial, académica, cultural y social enfocada al servicio y beneficio de la administración pública y privada, del municipio, así como del Estado Táchira y la República Bolivariana de Venezuela”, reza el laudo. Apenas hay constancia de su actividad empresarial en los registros venezolanos. Se trata de una empresa con el mismo nombre de la empresa de venta de alimentos para Claps, registrada en Caracas en 2005. Solo tiene dos empleados y, según el Registro Nacional de Contratistas (RNC), no consta que haya firmado acuerdos con el Estado o tramitar divisas preferenciales en la extinta Comisión de Administración Monetaria (Cadivi). La oficina está en un pequeño edificio en Las Mercedes,

Aún así, el reconocimiento por parte de Vielma Mora, quien en su juventud participó en el intento de golpe de Estado de 1992 liderado por Hugo Chávez y hasta hace meses fue ministra de Nicolás Maduro, no parece casual. Vielma Mora fue pieza clave en el nacimiento del Clap como programa masivo. A fines de 2016, Cobiserta, empresa adscrita al gobierno del estado Táchira, firmó un primer contrato con Group Grand Limited, empresa registrada en Hong Kong y administrada por los empresarios colombianos Alex Saab Morán y Álvaro Pulido Vargas, para la compra de alimentos para los CLAP. Al final, el dúo de empresarios colombianos, ahora investigados en países como Colombia y México, se convirtió en el principal importador del programa estatal, al adjudicarse al menos dos contratos por cerca de 800 millones de dólares.

Ese fue el comienzo de un programa que estaba planeado para producir alimentos localmente, como pequeñas células partidistas, pero derivó en importaciones masivas a través de intermediarios seleccionados por el Gobierno. Hasta 2017 compraban los combos de comida principalmente en México y luego los revendían a Venezuela a precios que oscilaban entre 34 y 39 dólares por cada caja Clap. Pero desde el año pasado, empresas de Turquía comenzaron a ganar terreno a través de estos intermediarios, mientras las autoridades de Caracas estrechaban su relación política y comercial con el régimen de Recep Tayyip Erdogan, quien se ha convertido en uno de sus principales aliados globales. Incluso Lido Internacional ha comprado alimentos a fabricantes mexicanos y turcos, según panjiva.com, una base de datos especializada en comercio internacional.

Las pocas cifras oficiales indican que el Clap es un negocio que no ha dejado de crecer. En 2018, el Gobierno repartió 114 millones de cajas Clap, que se suman a los 91 millones repartidos en 2017, lo que equivaldría a gastar entre 6.000 y 8.000 millones de dólares en tan solo dos años. “Se repartieron 114 millones de combos Clap a nivel nacional, víveres a tu puerta. El lema debería ser ‘¡Llegó el Clap!’ ¡La revolución lleva los comestibles directamente a tu puerta!» dijo Maduro recientemente.

Ahora se sabe que Lido Internacional, la empresa de Gassan Salama, tuvo una porción de ese jugoso pastel. Su empresa, al igual que FB Foods LLC y Wellsford Trading Corp, otros dos proveedores panameños de Clap, escaparon del veto comercial impuesto por el Gobierno venezolano en abril del año pasado contra casi un centenar de empresas del istmo, luego de que el presidente panameño, Juan Carlos Varela, sancionara a 55 funcionarios venezolanos. . “Allá en 2016 Panamá promovía la venta de alimentos a la hermana nación de la República de Venezuela. Ahora extrañamente se quiere desacreditar la oferta de alimentos que están desarrollando las empresas panameñas”, criticó Salama a través de un tuit publicado el 14 de julio de 2018.

Si bien Gassan Salama es prácticamente desconocido para el público en general en Venezuela, ese no es el caso en Panamá. Durante años, se ha movido entre la política y el mundo empresarial. Luego de ser presidente de la Cámara de Comercio, Agricultura e Industria de Colón -el puerto caribeño de Panamá que alberga una próspera zona franca- de 2000 a 2002, asumió como gobernador de esa provincia en 2003. «Como ex gobernador de la provincia de Colón, Panamá, y como hijo de la Revolución Palestina, le reitero nuestro más profundo cariño a usted, Comandante Fidel, y al pueblo cubano», escribió Salama en 2004 en el Granma, el diario oficial cubano.

Además de Lido Internacional, Gassan Salama está relacionado con ocho empresas más, casi todas registradas en Colón. La «causa palestina» es otra de sus banderas y mueve a varias organizaciones que promueven los vínculos palestinos con América Latina. Además de Venezuela, ha llevado su negocio a Cuba y Bolivia. “Sus vínculos con estos países son tan políticos como comerciales”, explican fuentes panameñas.

Su papel como empresario no escapa a la polémica. Gassan Salama está relacionado con Investigaciones Marinas del Istmo (IMDI), creada hace 19 años en la provincia de Colón y acusada de saquear los restos del galeón San José, barco español hundido en 1631 en el Golfo de Panamá. Entre 2013 y 2014, la empresa rescató un tesoro de monedas de plata que finalmente fueron decomisadas por el Servicio Nacional de Aduanas. El 5 de julio de 2012, el diario La Prensa se refirió al trabajo de IMDI ​​como «cazadores de tesoros sin control» y advirtió que «IMDI pudo haber sustraído oro, plata u objetos de barcos que naufragaron allí (aguas cercanas a Contadora), sin declararlos y así el Instituto Nacional de Cultura (Inac) no pudo determinar si debían ser conservados en museos, en caso de que tuvieran valor histórico”.

Años después, un informe de la Unesco del 7 de diciembre de 2015 señalaba la responsabilidad del IMDI?? en el caso de San José. Según la reseña que hizo el diario La Prensa sobre ese reportaje, la actuación de la empresa fue una «simple operación de extracción de objetos enmascarada en un supuesto proyecto arqueológico» y que «las actividades realizadas por IMDI ​​pudieron haber afectado a más de un naufragio hundido en la zona del archipiélago de las Perlas».

En la tercera sala de lo contencioso administrativo de la Corte Suprema de Justicia de Panamá se encuentran dos expedientes relacionados con la labor del IMDI. Hasta el momento eso no parece haber sido un obstáculo para que Gassan Salama continúe con sus negocios en Panamá y en el extranjero. El 21 de junio de 2018, apenas un mes después de participar como observador internacional en las elecciones venezolanas, el empresario panameño se reunió con el Ministro de Políticas de Integración Regional de República Dominicana, como uno de los representantes de la constructora China State Construction Engineering. Corporation Ltd (Cscec) para evaluar posibles inversiones en el país caribeño. “El grupo estaba integrado por Zhihe Zhang, Sui Man, Kevin Zhao, Zaid Yaafar y Gassan Salama”, informó el boletín presidencial de República Dominicana.

La búsqueda de nuevos negocios no le impide estar muy atento a la crisis político-institucional que se vive en Venezuela. El 25 de enero, dos días después de que la oposición venezolana proclamara a Juan Guaidó -presidente de la Asamblea Nacional con mayoría opositora-, como presidente interino de la República, Gassan Salama expresó sus críticas en Twitter. “Las democracias son para los que la entienden, no para los que pierden elecciones y siguen tramando golpes de Estado. Viva la democracia y viva Venezuela. Solo el pueblo venezolano resolverá sus diferencias internamente”.


Ziad Issa, Gassan Salama y Joe Tarazi





El nombre de Gassan Salama se repite en una treintena de compañías panameñas. Entre todas destaca la sociedad de Salama con la venezolana Nabetse del Valle Vásquez en la firma panameña ENERGY PROCESSING & RECYCLING INC. A Nabetse Vásquez se le identifica como «sobrina”, «hermana de crianza» o «testaferro» de Pedro León Rodríguez, aunque ambos no comparten apellidos. Pedro León Rodríguez fue en Venezuela director ejecutivo de la Faja Petrolífera del Orinoco, antes de ser arrestado en el año 2017 por las autoridades venezolanas, acusado de haber cometido hechos de corrupción que causaron un daño patrimonial al Estado venezolano, que algunos calculan en cientos o miles de millones de dólares.




Personas familiarizadas con el asunto señalan que compañías de Nabetse Vásquez fueron utilizadas para contrataciones amañadas en la Faja Petrolífera del Orinoco y para el blanqueo de dinero de la corrupción.






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