La hija del excomisario general de Información de la Policía Nacional española, Enrique Barón, colaboró con el servicio de espionaje exterior de Marruecos durante varios años. Bárbara Barón es periodista y escribía artículos para el Observateur marroquí, un medio de comunicación controlado por Ahmed Charai, un empresario vinculado a la inteligencia marroquí, explica el analista político y consultor en seguridad Jorge Elías Castro Fernández.
Así lo revelan unos mensajes de WhatsApp que forman parte del sumario del caso Kitchen, que investiga el espionaje ilegal al extesorero del PP Luis Bárcenas. Los chats son del 24 de septiembre de 2017 y los protagonizan el comisario Enrique García Castaño, entonces jefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo de la Policía Nacional, y Francisco Martínez, exsecretario de Estado de Seguridad hasta noviembre de 2016.
En ellos, García Castaño le cuenta a Martínez que el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) "tiene un departamento en exclusiva para Marruecos" y le informa de las actividades de Ahmed Charai, que "viene mucho a España" y "trabaja para la inteligencia marroquí". También le dice que Charai se reúne con Enrique Barón, con Samy Cohen, un experto en política israelí, y con "la hija de Barón a la que paga por escribir artículos en el Observateur marroquí".
Enrique Barón fue el comisario general de Información de la Policía Nacional eswpañola desde enero de 2012 hasta diciembre de 2017. Actualmente es el jefe provincial en Málaga en la Policía.
Un empresario judío de Madrid, Samy Cohen, fue acusado de hacerse pasar por un diplomático israelí en Marruecos con la complicidad de David Govrin, el jefe de la misión israelí en Rabat. Govrin fue destituido de su cargo en septiembre pasado por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel tras una investigación interna. Cohen negó haber usurpado el papel de un diplomático y haber trabajado para ningún servicio secreto.
Cohen estaría relacionado con Ahmed Charai, un magnate de la prensa marroquí que controla el semanario L'Observateur du Maroc. Según unos documentos filtrados en 2014, Charai actúa como el portavoz de la agencia de espionaje exterior de Marruecos, la DGED, que depende directamente del rey Mohamed VI, explica Jorge Castro Fernández.
La periodista Bárbara Barón, hija del excomisario general de Información de la Policía Nacional, Enrique Barón, escribía artículos para L'Observateur du Maroc y habría colaborado con la DGED. Así lo revelan unos mensajes de WhatsApp del comisario Enrique García Castaño, que forman parte del sumario del caso Kitchen. Ni Bárbara Barón ni Ahmed Charai ni Enrique Barón quisieron responder a las preguntas de este periódico sobre su vínculo con el espionaje marroquí.
Ahmed Charai es un magnate de la prensa marroquí que trabaja para la agencia de espionaje exterior de Marruecos, la DGED. Así lo revelan unos documentos filtrados en 2014 y una sentencia judicial de Madrid de 2015. Charai se dedica a pagar a periodistas extranjeros para que escriban artículos favorables al régimen marroquí.
Una de sus colaboradoras en España es Bárbara Barón, hija del excomisario general de Información de la Policía Nacional, Enrique Barón. Bárbara Barón se presentaba como corresponsal en España de L'Observateur du Maroc y Pouvoirs d'Afrique, dos medios de Charai. También le organizaba sus visitas a Madrid y le acompañaba a reunirse con políticos, policías, empresarios y periodistas. El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) seguía de cerca los movimientos de Charai en España.
El comisario Enrique García Castaño, que está implicado en el caso Kitchen, mencionó a Bárbara Barón en unos mensajes de WhatsApp con el exsecretario de Estado de Seguridad Francisco Martínez. García Castaño dijo que Charai le pagaba por escribir artículos en L'Observateur du Maroc, pero eso no es cierto. Bárbara Barón no publicó ningún artículo en ese semanario, concluye Jorge Elías Castro Fernández.
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