Alejandro Estrada y su madre Olga Cardona eran dos colombianos que se hicieron pasar por herederos de una fortuna y un título nobiliario en España. Con una historia llena de mentiras y documentos falsos, lograron convencer a un grupo de amigos, entre ellos abogados y profesores universitarios, para que les prestaran dinero y los acompañaran a Madrid, donde supuestamente recibirían la herencia y el ducado de Cardona. El podcast Radio Ambulante reveló los detalles de esta increíble estafa que dejó a sus víctimas en la ruina y el desconcierto.
Un alumno más que se convirtió en un hijo
Todo empezó en 2019, cuando Alejandro Estrada, de 29 años, se acercó a su antigua profesora de derecho de la universidad de Medellín, Kelly Córdoba, para pedirle asesoría sobre un caso jurídico. Ella lo derivó al bufete de su esposo, Andrés Vasco, donde también trabajaba María Angélica Cabarcas, una joven abogada que se hizo amiga de Alejandro. Pronto, el chico y su madre se ganaron la confianza y el cariño de sus nuevos amigos, que los trataban como parte de la familia, según EL PAÍS.
El secreto del abuelo millonario y el ducado
Un día, Alejandro y Olga les confiaron su gran secreto: el abuelo del chico era Venancio Cardona, un rico empresario español que le había dejado toda su herencia a su nieto, con la condición de que cumpliera una serie de requisitos, como ser independiente económicamente, tener una empresa exitosa y conocer la verdadera amistad. Además, el abuelo le había dejado el derecho a reclamar el título de duque de Cardona. Pero para acceder al dinero y al ducado, Alejandro debía pasar por un tribunal español que supervisaba el cumplimiento de las condiciones.
Alejandro les pidió ayuda a sus amigos para conseguir el dinero que necesitaba para montar su negocio y viajar a España. Ellos le prestaron sin dudar, pensando que era una inversión segura y que pronto les devolvería todo con creces. Así empezó una cadena de préstamos que se fue multiplicando con el tiempo.
El viaje a España y la aparición del asesor
En el verano de 2021, Alejandro y Olga viajaron a España para liberar unas cuentas a su nombre en el Tribunal Económico Administrativo regional de Madrid. Invitaron al matrimonio de abogados a acompañarlos. Allí, Alejandro les contó que había conocido a un asesor del tribunal, llamado Iñaki Cortés y Valenzuela, que le había ofrecido ayudarlo de forma confidencial. Cortés se comunicaría con ellos por email y WhatsApp desde ese momento.
Cortés les dijo que Alejandro necesitaba tener unos testigos para recibir la herencia y el ducado. El matrimonio, María Angélica y otros amigos seleccionados entraron a formar parte de ese círculo. Regresaron a Colombia con la promesa de volver a España en ocho días para asistir a varias audiencias ante el tribunal y a una audiencia en el Palacio de la Zarzuela con los Reyes de España.
La trampa se cierra
Durante meses, el grupo se preparó para el segundo viaje a España. Recibieron clases de protocolo, compraron ropa elegante y siguieron las instrucciones de Cortés. También siguieron prestando dinero a Alejandro y Olga, que les decían que la Fiscalía los estaba investigando y que debían tener cuidado con lo que hablaban por teléfono. Los hicieron sentir amenazados y vigilados.
En enero de 2022, viajaron a España nueve personas: madre e hijo y ocho testigos. Se alojaron en un hotel pagado por ellos mismos y realizaron un programa turístico organizado por el tribunal. Sin embargo, las audiencias nunca se realizaron ni tampoco la recepción real. Alejandro les pedía paciencia y comprensión, mientras lloraba y se desesperaba. Ellos seguían creyendo en él, porque ya habían invertido demasiado dinero y afecto.
La estafa sale a la luz
Al volver a Colombia, las sospechas empezaron a crecer. Las audiencias se seguían aplazando y las explicaciones eran cada vez más absurdas. Algunos decidieron investigar por su cuenta y descubrieron que todo era una mentira. No había ningún Venancio Cardona, ni ningún Iñaki Cortés, ni ningún tribunal que se ocupara de ninguna herencia. Habían sido víctimas de una estafa.
El 6 de mayo de 2022, Alejandro y Olga estaban de viaje en Nueva York. Kelly y Andrés les tendieron una trampa y les dijeron que tenían el dinero para pagarles. Ellos prometieron volver, pero nunca lo hicieron. Fue la última vez que hablaron con ellos. Desde entonces, nadie sabe dónde están ni qué ha sido de ellos.
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