El rey Juan Carlos I ha vuelto a España por tercera vez desde que se exilió en Abu Dabi en 2020. Su motivo es participar en una regata con el Bribón, un velero de la clase 6mR que le permite navegar con comodidad y seguridad. Lo que pocos saben es que el barco fue construido gracias al dinero de José Álvarez Stelling, un magnate venezolano con un pasado turbio en el mundo financiero.
Un banquero con poder y escándalos
José Álvarez Stelling es un ingeniero de Caminos y máster por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) que amasó una de las mayores fortunas de Latinoamérica en los años ochenta y noventa. Su principal apoyo fue el presidente venezolano Carlos Andrés Pérez, quien le facilitó el control del Banco Consolidado, una entidad con activos por valor de 1.900 millones de euros de la época, reseñó El Confidencial.
Stelling también expandió sus negocios a España, donde compró el 55% del Banco Castro Canosa, una entidad gallega en apuros, y las bodegas Williams & Humbert, que habían pertenecido a Rumasa. El Gobierno socialista de Felipe González le dio el visto bueno a estas operaciones, que le permitieron abrir su propio banco, Astinvest, orientado a grandes fortunas.
La relación con Juan Carlos I
El rey Juan Carlos I se interesó por Stelling y su trayectoria empresarial, y entabló una amistad con él que se ha mantenido hasta hoy. El monarca no se distanció del banquero cuando este se vio envuelto en varias quiebras y casos de corrupción, tanto en España como en Venezuela.
En 1988, el Banco de España intervino el Banco Castro Canosa, del que Stelling poseía el 90% de las acciones. En 1994, el Gobierno venezolano tuvo que nacionalizar el holding del Banco Consolidado ante la crisis bancaria que sacudió al país. Stelling fue acusado de apropiación de fondos y juzgado, aunque nunca condenado. Huyó a España, donde el rey Juan Carlos I le otorgó la Encomienda de Isabel la Católica. Luego se instaló en Londres, donde se dedicó al sector inmobiliario.
El rey emérito ha visitado a Stelling en su casa de Chelsea en varias ocasiones, como en enero de 2016 o en abril de 2021, cuando viajó a ver el partido entre el Chelsea y el Real Madrid.
El armador del Bribón
Stelling ha sido uno de los principales benefactores del rey Juan Carlos I tras su abdicación. En 2016, se convirtió en el armador del Bribón, el decimosexto velero de la saga que lleva ese nombre. El banquero encargó el diseño y la construcción del barco a los diseñadores Juan Kouyoumdjian y Javier Cela y a los Astilleros Garridos de O Grove. Luego, los Astilleros Rodman de Vigo hicieron algunas modificaciones para mejorar su rendimiento.
El barco fue botado en mayo de 2017 en Sanxenxo, con la presencia del rey emérito. Stelling también asistió al acto, pero se identificó solo como "José Álvarez" y se omitió su segundo apellido para evitar su polémica reputación. El magnate pronunció unas palabras en las que expresó su satisfacción por poder botar el barco y su honor por que el rey Juan Carlos I lo patroneara.
Con el Bribón, el rey emérito ganó el campeonato del mundo de la clase 6mR en septiembre de 2017. Para viajar a Vancouver, donde se celebró la competición, utilizó un avión privado pagado con fondos de la Fundación Zagatka, una entidad opaca del primo del monarca, Álvaro de Orleans-Borbón. Este hecho fue uno de los motivos por los que Juan Carlos I tuvo que regularizar cuatro millones de euros ante Hacienda por donaciones no declaradas.
El Bribón es ahora la excusa que usa Juan Carlos I para regresar a España de vez en cuando. Sin embargo, nadie ha cuestionado el origen de los fondos que se usaron para construirlo y mantenerlo. Ni siquiera la Agencia Tributaria ha investigado al financiador del velero, José Álvarez Stelling, un magnate venezolano con un pasado oscuro.
El banquero que vistió a Irene Sáez y quebró el Banco de Venezuela
José Álvarez Stelling fue uno de los protagonistas de las mayores operaciones financieras de Venezuela a principios de los noventa. Como presidente del Banco Consolidado, compró el Banco de Venezuela y planeó fusionarlos para crear una potente organización bancaria en América Latina. Para ello, no dudó en corromper a jueces, ministros y políticos. Sin embargo, su ambición le pasó factura y terminó arruinando al Banco de Venezuela, del que desaparecieron sesenta mil millones de bolívares que fueron a parar a empresas de sus testaferros, según demostró Arthur Andersen Consulting.
José Álvarez Stelling también fue el patrocinador de Irene Sáez, la ex Miss Universo que luego se lanzaría a la carrera presidencial venezolana en 1998. El banquero le pagaba un millón de bolívares de la época solo para vestir a la entonces miss, quién se convirtió en la imagen de la entidad financiera. La aspiración presidencial de Sáez fue calificada como una gran tragedia para Venezuela por el medio Ensartaos, que afirmó que si hubiera llegado al poder, el país habría caído en una debilidad geopolítica terrible y el narcotráfico colombiano se habría adueñado del territorio.
0 Comentarios