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¿Espionaje colombiano en España?: ¿Qué hay detrás de la denuncia de Gustavo Petro sobre una trama española para tumbar su gobierno?


Por Antonio Montaño 
Opinión

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, lanzó una grave acusación contra un grupo de empresarios españoles, a quienes señaló de financiar un plan para derrocar su gobierno. Según Petro, estos empresarios se habrían reunido en España con representantes de la derecha colombiana, liderada por el expresidente Álvaro Uribe, para conspirar contra su mandato.

La denuncia la hizo Petro a finales del pasado mes de agosto, en un acto de entrega de fincas a campesinos en el municipio del Carmen de Bolívar, al norte de Colombia. "Recogen platica (dinero) de unos grandes empresarios españoles. Se van a España a ver cómo se tumba el gobierno", declaró ante una audiencia que aplaudió sus palabras. "No se les ocurra hacer eso porque estarían iniciando una nueva etapa de violencia. No sean brutos, que ya en la historia de Colombia se ha hecho eso", agregó.

Petro no dio detalles, ni nombres, ni presentó pruebas que sustentaran sus afirmaciones. Sin embargo, una persona familiarizada con el asunto comentó que la información se derivaría de una investigación que mandó a hacer Petro con la inteligencia colombiana que funciona desde la Embajada de Colombia en Madrid. Al parecer, los agentes colombianos infiltraron y siguieron a un grupo de empresarios españoles que se reunieron efectivamente con miembros del uribismo y de otros partidos tradicionales y oligárquicos de Colombia.

Un espionaje sin respuesta del Gobierno español

Si esta versión es cierta, significaría que el Gobierno de Petro, por órdenes del mismo Petro, está haciendo inteligencia en territorio español, sin que hasta ahora el Gobierno de Pedro Sánchez, ni la Inteligencia Española, ni el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), ni ninguna autoridad de importancia en España, se haya pronunciado al respecto. Es decir, estaríamos ante un caso claro y notorio de espionaje por parte de Colombia en España.


Esto contrasta con el trato que recibió Petro en su visita oficial a España en el pasado mes de mayo de 2023. Los Reyes le recibieron en el Palacio Real, mantuvo reuniones en La Moncloa con Pedro Sánchez, pernoctó en el Palacio de El Pardo, se trasladó en el Rolls Royce que perteneció a Franco, y pronunció un discurso en el Congreso de los diputados. El grupo parlamentario de Vox se retiró del recinto en rechazo a su visita, pero el resto del hemiciclo aplaudió a Petro de pie por un largo rato.

La anécdota la puso Petro al negarse a vestir frac en la cena real por considerarlo un símbolo colonial y oligárquico. Acudió con traje azul oscuro y lució el collar de Isabel la Católica que le habían impuesto.

También en la CEOE celebró una reunión amigable, pese a llegar más de dos horas tarde a la cita, fiel a su costumbre de ser impuntual con excesiva frecuencia. "Hay una oportunidad de ustedes y una oportunidad de nosotros, no podemos tratarnos como antes, porque no es una subordinación, aquí es una sociedad, somos socios", dijo el Presidente colombiano.

Sin embargo, en una gira posterior por Alemania, donde lamentó la caída del muro de Berlín, afirmó que había recibido un trato despectivo en suelo español por ser de izquierdas y por el color de su piel "café con leche".

Una relación plagada de claroscuros

La relación de Petro con España está plagada de claroscuros. Ha mostrado su respaldo a los partidos separatistas catalanes y a sus acciones inconstitucionales, tuvo de asesor de campaña a un exmiembro de Terra Lliure, y tildó de esclavistas y genocidas a los descubridores de América antes de aterrizar en Madrid.


Cabe recordar que España es uno de los principales inversores en Colombia, con unos 28.000 millones de dólares y hay cerca de 800 empresas de todo tamaño en la nación sudamericana.

Aunque se trata de la primera vez que Gustavo Petro lanza semejantes acusaciones contra empresarios españoles, resulta redundante su insistencia en que partidos tradicionales, oligarquía, medios de comunicación u otro sector social colombiano, pretende acabar con su gobierno antes de tiempo.

En los últimos tiempos suele bautizar la intentona de "golpe blando", pero durante la campaña electoral se refería a un golpismo violento y a que le matarían para impedir que un candidato de izquierda llegara al Palacio de Nariño.

En las últimas semanas de campaña, poco antes de los comicios, denunció en un mitin, celebrado un sábado, que al martes siguiente el entonces presidente, Iván Duque, le cerraría el camino con una suerte de golpe. El exmandatario lo negó y, como era previsible, no sucedió nada ni nunca aportaron prueba alguna, de acuerdo con el diario español El Mundo.

En otra ocasión habló de que una banda llamada 'La Cordillera de Pereira' quiso atentar contra su vida como excusa por no asistir a una actividad electoral, si bien la Policía descartó que hubiese ningún plan de dicha banda delincuencial.

Petro ha contado siempre con un robusto esquema de seguridad que fue reforzado durante la campaña, igual que Álvaro Uribe, su máximo rival, que despierta odios y amores como él. Son las dos personas más controvertidas y amenazadas de Colombia.



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