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El oscuro rastro de Banacol en paraísos fiscales: De Colombia a España, pasando por Belice e Islas Vírgenes


La capital española se ha convertido en los últimos años en un imán para las grandes fortunas latinoamericanas. Una de las últimas en llegar ha sido la de Banacol, una multinacional agroalimentaria que domina el mercado del banano en Colombia y que tiene un pasado turbio por sus vínculos con grupos paramilitares.

De Islas Vírgenes a Belice, pasando por Madrid

La empresa que controla Banacol se llama Invesmar Limited y hasta hace poco tenía su sede en Islas Vírgenes, un conocido paraíso fiscal. Sin embargo, a principios de septiembre, esta sociedad decidió trasladarse a Madrid y cambiar su nombre por Greenplus Investments, SL.


¿Qué razones hay detrás de este cambio? elDiario.es intentó contactar con Banacol y con Greenland, el holding colombiano al que pertenece, pero no recibió respuesta. Tampoco la obtuvo de Víctor Manuel Henríquez Restrepo, el presidente de Banacol y de Greenland, que figura como administrador de Greenplus Investments.

Lo que sí se sabe es que esta sociedad no ha cortado del todo sus lazos con los territorios opacos. Su socio único es Invesmar International Investments, SA, una empresa registrada en otro paraíso fiscal: Belice. Allí tiene su domicilio en un modesto edificio que no parece el lugar adecuado para albergar a la dueña de un imperio del banano.

Los números de una empresa offshore

Invesmar International Investments, SA se constituyó en Belice en 2016 con un capital de 50.000 dólares. Sus cifras financieras revelan su magnitud: en 2021 tenía activos por valor de 310 millones de euros (332,5 millones de dólares), ingresó 215 millones de dólares y obtuvo un beneficio neto de 30,2 millones, un 42,6% más que el año anterior.


Estos datos constan en la documentación que presentó esta empresa en abril de 2022 en el Registro Mercantil de Panamá, donde abrió una sucursal con 200.000 dólares de capital. Banacol tiene varias filiales en ese país centroamericano.

Los directores de Invesmar International Investments son los mismos que los de Greenplus Investments: Víctor Henríquez Restrepo y otros dos miembros “principales” de las juntas directivas de Banacol y Greenland: Juan Fernando Correa Restrepo y Luis Ignacio Mejía Ángel. Estos dos últimos también forman parte de la fundación de Greenland junto con Carolina Correa Restrepo y Ana Beatriz Henríquez Restrepo.

Un líder del banano con una historia controvertida

Banacol es una de las principales empresas productoras y exportadoras de banano y plátano en Colombia. Según su web, tiene 5.639 hectáreas de plantaciones en ese país. En 2022 exportó unos 15 millones de cajas de estas frutas a varios destinos en Europa, entre ellos España.


Colombia es uno de los cinco mayores exportadores mundiales de banano. En 2022 vendió al exterior 108 millones de cajas por valor de 892 millones de dólares, según datos de la patronal Augura. Banacol fue la cuarta exportadora ese año, con una cuota del 11%.

Banacol nació en 1980 como una escisión de Unibán, otra empresa fundada por bananeros colombianos en 1966 para romper el monopolio de las multinacionales estadounidenses en el país. Una de ellas era Chiquita Brands, cuya herencia asumió Banacol tras comprarle sus activos en Colombia.

Esa herencia no solo era económica sino también política y social. Chiquita Brands fue acusada por financiar a grupos paramilitares responsables de graves violaciones a los derechos humanos en Colombia. Banacol también fue señalada por hacer lo mismo entre 1996 y 2004.

En 2018, elDiario.es publicó una investigación especial titulada ‘La tierra esclava’, en la que se detallaba cómo se cultiva el banano en países pobres para consumirlo en países ricos. En ese reportaje se mostraba cómo unos pocos apellidos (los Restrepo, los Henríquez, los Echeverri, los Velásquez…) controlan el negocio del banano en Colombia. También se contaba que Banacol se acogió en 2013 a la ley de quiebras en Colombia, pero siguió operando.

La empresa Banacol, una de las mayores exportadoras de banano de Colombia, ha cambiado recientemente su domicilio fiscal a un local en la calle Goya de Madrid. Sin embargo, detrás de esta mudanza se esconde una compleja red de sociedades offshore que controlan el negocio desde paraísos fiscales como Belice o Islas Vírgenes. Además, Banacol arrastra graves acusaciones de vínculos con el paramilitarismo, el narcotráfico y el despojo de tierras a comunidades indígenas y afrodescendientes.

Un imperio bananero con sombras

Banacol nació en 1991 como una cooperativa de productores de banano en la región de Urabá, al noroeste de Colombia. Desde entonces, ha crecido hasta convertirse en el primer productor del país y uno de los principales proveedores mundiales de esta fruta tropical. Su facturación anual supera los 300 millones de dólares y emplea a más de 10.000 trabajadores.


Pero su expansión no ha estado exenta de polémica. En 2004, Banacol aprovechó la salida forzosa de la multinacional estadounidense Chiquita Brands de Colombia para comprarle sus más de 5.000 hectáreas de plantaciones por solo 50 millones de dólares. Chiquita se vio obligada a abandonar el país tras admitir que había financiado durante años a grupos paramilitares responsables de miles de asesinatos y desplazamientos forzados.

El acuerdo entre Banacol y Chiquita incluía que la primera le seguiría vendiendo gran parte de su producción a la segunda. Pero la compradora no era Banacol, sino Invesmar Limited, una sociedad radicada entonces en Islas Vírgenes, que actuaba como matriz de la filial colombiana Comercializadora Internacional Banacol.

Un entramado offshore difícil de rastrear

Invesmar Limited es solo una pieza del complejo puzzle societario que controla Banacol desde las sombras. Según una investigación de elDiario.es, esta sociedad se trasladó en 2021 a España, donde ya estaba domiciliada otra empresa del grupo, Ituren Inversiones SL, administrada por Víctor Manuel Henríquez Restrepo y propiedad de Invesmar International Investments SA.


Henríquez Restrepo es el hijo del fundador y presidente de Banacol, Víctor Manuel Henríquez Velásquez, quien fue acusado en 2016 por la Fiscalía General colombiana de posibles delitos de lesa humanidad por su presunta responsabilidad en la financiación de paramilitares cuando dirigía la empresa entre 2000 y 2004.

Poco antes de esa acusación, en abril de 2016, se creó en Belice otra sociedad offshore llamada Greenland Holdings Group Limited, administrada también por Henríquez Restrepo y que maneja más de 300 millones en activos. Esta sociedad sería la dueña última de Invesmar y, por tanto, de Banacol.

Un historial manchado por la violencia y el despojo

Banacol no solo ha sido señalada por su relación con el paramilitarismo, sino también por su implicación en el narcotráfico y el acaparamiento ilegal de tierras en zonas habitadas por comunidades negras y mestizas. En 2010, la Unidad Antimafia de la Fiscalía colombiana detuvo a dos suboficiales de la Armada y cinco técnicos de Banacol por pertenecer a una organización que introducía droga en los contenedores con banano que se encontraban en sus instalaciones.


En 2012 y 2016, varios informes elaborados por organizaciones sociales colombianas y españolas denunciaron que Banacol se había apoyado en estructuras paramilitares para promover invasiones de tierras para la producción agrícola en su propio beneficio, con acuerdos ajenos a la aprobación de las comunidades locales. Estos informes pedían respuestas judiciales sobre estos crímenes e investigaciones que aclarasen las responsabilidades y comportasen las correspondientes sanciones.

Una imagen de responsabilidad social y ambiental

Banacol, que forma parte del grupo agroindustrial colombiano Greenland, se presenta en su web como una empresa comprometida con el bienestar de sus clientes, accionistas, trabajadores y comunidades, implementando buenas prácticas agrícolas, sociales y ambientales de manera responsable. Asegura haberse convertido en neutra en carbono en 2022 y haber obtenido varios certificados de calidad y sostenibilidad.


Además de banano o plátano, Banacol también produce y comercializa plástico o cartón corrugado. Su propietaria, Greenland, se define en su web como un grupo con capacidades para crear y operar negocios en el agro, la industria, el sector servicios e inmobiliario. Entre sus proyectos más recientes está Wakate, una empresa dedicada a la producción y comercialización de aguacate Hass, que ya tiene unas 1.100 hectáreas cultivadas. Ahora, la semilla de Greenland se planta en España.



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