Los hermanos José Gaspard Morell y Chamel Gaspard Morell, ciudadanos venezolanos residentes en Panamá buscados con notificación roja de Interpol, se encuentran en el centro de un nuevo escándalo, como artífices de una operación de desprestigio. La misma estaría orquestada contra algunos inversores que fueron víctimas de sus estafas multimillonarias, las cuales sobrepasan los 41 millones de dólares.
Los actos fraudulentos de los hermanos incluyen la venta ficticia de pisos en el complejo Las Anclas Mall, ubicado en el distrito panameño de La Chorrera, así como la transferencia engañosa de facturas de la estatal petrolera venezolana, Pdvsa.
Intento de encubrimiento
En un intento de encubrimiento y desviación de la atención pública, los hermanos Gaspard Morell han recurrido al portal panameño "Pluma Informativa 507", respaldado por el camarógrafo y fotógrafo panameño Roger Acevedo.
Por fuentes judiciales se ha conocido que Acevedo, a través de su medio de comunicación y redes sociales asociadas, ha participado en la difusión de noticias falsas e injurias contra algunas de las víctimas de los Gaspard, con el fin de menoscabar su reputación y contrarrestar las acusaciones legítimas que pesan sobre los hermanos.
Acevedo ha ejercido su profesión en el ámbito televisivo panameño, a través de la compañía familiar de producción audiovisual Luna Nueva Productions, S.A.,
Sin embargo, la implicación de Acevedo en estos eventos podría suponer un detalle oscuro en su carrera, toda vez que se le señala de utilizar su experticia en comunicación para favorecer los intereses de los prófugos hermanos Gaspard Morell.
Las autoridades panameñas frente a la alerta roja y orden de extradición
La justicia internacional no ha sido ajena a las actividades ilícitas de los hermanos Gaspard Morell. Con una alerta roja emitida por Interpol y una solicitud formal de extradición por parte del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela, las autoridades panameñas, entre ellas la Fiscalía, la Procuraduría y la Policía Nacional, se ven obligadas a actuar no solo ante las estafas previamente mencionadas, sino también frente a los posibles delitos de difamación o chantaje que los Gaspard Morell podrían estar cometiendo en perjuicio de sus víctimas, algunas de las mismas sus propios familiares. Una fuente judicial anónima ha subrayado la necesidad de una investigación exhaustiva sobre estos nuevos ilícitos.
Este torbellino legal y mediático pone de manifiesto las complicadas redes de influencia y corrupción que pueden entrelazarse en el mundo de los negocios ilegales. Además, ilustra la problemática de cómo figuras del ámbito de la comunicación pueden ser cooptadas para fines nefastos, comprometiendo la integridad del periodismo. Mientras tanto, las víctimas de los Gaspard Morell, con toda seguridad, han de esperar justicia, en un caso que sin duda continuará desarrollándose en los tribunales de varios países, pues contra los hermanos cursan acusaciones y demandas en Panamá, Venezuela, Estados Unidos y España.
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