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Irrupción de Saudi Telecom en la española Telefónica desata sospechas sobre cómo se tejió la operación


Telefónica, la multinacional española de telecomunicaciones, ha recibido una sorpresa inesperada: Saudi Telecom Company (STC), el grupo árabe que había firmado con ella un acuerdo estratégico en febrero de este año, se ha convertido en su primer accionista al adquirir el 9,9% de su capital. La operación, que se ha realizado con mucha discreción y sin informar al Gobierno español ni a la Casa Real, ha sido bautizada con el nombre en clave de Saturno, como el dios romano que devoraba a sus hijos.

La compra de acciones de Telefónica por parte de Saudi Telecom se ha llevado a cabo en tres fases, según fuentes financieras. La primera fue encargar a Morgan Stanley que comprase títulos de la empresa española en el mercado, sin alterar el precio ni despertar sospechas. La segunda fue adaptar la inversión a las restricciones legales que impone España a las inversiones extracomunitarias en sectores estratégicos, como es el caso de la Defensa. La tercera fue encajar la operación en el marco de la Visión 2030 de Arabia Saudí, el ambicioso plan económico liderado por el príncipe heredero Mohamed bin Salmán.

Una inversión discreta

Morgan Stanley comenzó a comprar acciones de Telefónica en febrero, justo después de que Saudi Telecom y la empresa española firmasen un acuerdo estratégico que les permitía colaborar en 52 países. El objetivo era alcanzar el 9,9% del capital, lo que se logró por 2.100 millones de euros. Sin embargo, no se sabe con exactitud cuándo se realizaron las operaciones ni qué impacto tuvieron en la cotización de Telefónica, que tuvo varios picos de subida a lo largo del año.

La inversión de Saudi Telecom no podía superar el 10% del capital de Telefónica, ya que ese es el porcentaje a partir del cual se activa el escudo antiopas puesto en marcha por el Gobierno durante la pandemia. Además, tenía que tener en cuenta que Telefónica había sido incluida a comienzos de año en la lista de proveedores estratégicos de Defensa y que, por tanto, cualquier inversor que comprase más de un 5% en ella necesitaba la autorización del Consejo de Ministros. Por eso, Saudi Telecom compró el 5% directo y otro 4,9% adicional a través de derivados, que tiene aparcados y que ejecutará si el Gobierno español da el visto bueno. Los asesores legales de la operación fueron Allen & Overy y Linklaters.

Una inversión ambiciosa

La inversión de Saudi Telecom no solo responde a un interés financiero, sino también a una visión estratégica. El grupo árabe quiere aprovechar las sinergias con Telefónica para impulsar su expansión internacional y su innovación tecnológica en ámbitos como la inteligencia artificial o el metaverso. Así lo expresó en febrero, cuando dijo que la relación con Telefónica estaba en consonancia con su estrategia Dare 2.0 y con la Visión 2030 de Arabia Saudí. Además, cuenta con un directivo español procedente de Telefónica en su comité de dirección: José del Valle, antiguo consejero delegado de Telefónica Media Networks.


La inversión de Saudi Telecom se hizo sin informar al Gobierno ni a la Casa Real, según han asegurado ambas instituciones. La ministra Nadia Calviño dijo que se enteró del movimiento en la noche del martes 5 de septiembre, cuando se hizo público. Fuentes de la Zarzuela indicaron a María Ángeles Alcázar que tampoco recibieron ninguna comunicación por parte del grupo saudí. Telefónica tampoco tenía información especial sobre la operación, por lo que su presidente, José María Álvarez-Pallete, y su consejero delegado, Ángel Vilá, viajaron a Arabia Saudí para reunirse con la cúpula de Saudi Telecom.

Recordando un regalo millonario del rey Abdulá


Juan Carlos I y el rey Abdulá de Arabia Saudita

Uno de los episodios más relevantes en la historia de las relaciones entre España y Arabia Saudita se remonta al año 2008, cuando el rey emérito Juan Carlos I recibió un regalo de 100 millones de dólares del rey Abdulá de Arabia Saudita. El dinero salió del Ministerio de Finanzas saudí y acabó en la cuenta de una fundación panameña que tenía como último beneficiario al monarca español.

El regalo se produjo poco después de que el Boletín Oficial del Estado (BOE) español, publicara un acuerdo estratégico de colaboración con Riad y de que se celebrara en Madrid una conferencia de Diálogo Interreligioso que presentó al régimen saudí como un país abierto y tolerante, pese a estar considerado una de las peores dictaduras del mundo que, además, patrocina una visión extrema del islam.

El fiscal suizo Yves Bertossa, que ha investigado el origen y el destino de los 100 millones de dólares, dijo sospechar que se trató de una supuesta comisión por el papel del rey emérito en la adjudicación del tren de alta velocidad AVE Meca-Medina a un consorcio de empresas españolas. El contrato ascendió a 6.736 millones de euros.

Esta hipótesis se basa en unos audios grabados por el comisario José Manuel Villarejo, en los que Corinna Larsen, la antigua pareja del monarca, confesaba que este había reclamado un porcentaje por sus labores de intermediación ante el régimen saudí. Corinna Larsen, como es conocido, es una empresaria alemana que mantuvo una relación sentimental con Juan Carlos I y que se vio implicada en asuntos financieros relacionados con él.

En 2012, Juan Carlos I decidió donar 65 millones de euros a Corinna Larsen. Según ella misma declaró en julio de 2020, el rey emérito le había entregado esa cantidad "por gratitud" y no para ocultar dinero ilícito. Esta declaración arrojó luz sobre la relación financiera entre ambos y generó un gran revuelo en España y en el ámbito internacional.

Además, la relación entre España y Arabia Saudita ha sido objeto de críticas, debido al trato excluyente recibido por las mujeres, basado en el Islam, amén de diferentes casos reportados sobre violación de Derechos Humanos. También se ha cuestionado el papel del príncipe heredero Mohamed bin Salmán, quien Habría dirigido la operación de compra de Telefónica por parte de Saudi Telecom, y quien ha estado envuelto en el escándalo del asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi en 2018.

La operación de compra del 9,9% de Telefónica ha sido impulsada por STC Group, propiedad del fondo soberano presidido por el príncipe heredero de Arabia Saudí, y ejecutada por Morgan Stanley, banco de inversión que ha reunido las acciones a adquirir por los saudíes a través de una sofisticada estructura financiera. Para ello, han contado con el asesoramiento legal de dos prestigiosos bufetes británicos con presencia en España: Linklaters y Allen & Overy.

El equipo español de Linklaters, despacho asesor de STC, ha estado liderado por su socio Íñigo Berrícano, uno de los letrados más reputados del mercado nacional español en el ámbito financiero. Por parte de Allen & Overy, ha coordinado el asesoramiento a Morgan Stanley su socio de Finance, Juan Hormaechea, con la colaboración también de Íñigo de Val, socio de M&A.

Telefónica solo se enteró de la operación dos horas antes de su anuncio, según fuentes del mercado, por lo que no había conformado un equipo legal para analizar sus implicaciones. No obstante, en el sector señalan a Garrigues —con papel destacado de Fernando Vives y Álvaro López-Jorrín— como uno de los despachos de máxima confianza de la corporación que dirige José María Álvarez-Pallete.

Un régimen especial para las inversiones extranjeras

Uno de los aspectos clave de la operación era cómo afrontar el régimen de autorización de inversiones extranjeras o el mal llamado escudo antiopas. Este régimen se aplica cuando un inversor extracomunitario adquiere el 10% o más de una compañía española, lo que obliga a un procedimiento administrativo más largo y farragoso, cuya aprobación final corresponde al Consejo de Ministros.


Por eso, desde el inicio se fijó un objetivo de adquisición del 9,9%, dando una décima porcentual de margen para no entrar en el régimen común. Sin embargo, la planificación sufrió un importante revolcón en julio, cuando el Gobierno aprobó el Real Decreto 571/2023, que introducía algunas modificaciones en el régimen. Entre ellas, precisaba que las empresas proveedoras de servicios a las Fuerzas Armadas, entre las que se encuentra Telefónica, se deberían someter a un umbral más riguroso.

El Real Decreto se publicó en el BOE del 5 de julio, pero entró en vigor el 1 de septiembre. Cuatro días después, el 5 de septiembre, se anunció formalmente la operación.

La compra del 9,9% se ha estructurado en dos fases financieras. La primera, liquidada el pasado 6 de septiembre, conlleva la adquisición del 4,9% de las acciones. La razón es que el artículo 18 del real decreto establece un régimen particular para las "actividades directamente relacionadas con la defensa nacional", precepto que se activa al ser Telefónica el proveedor principal de los servicios de telecomunicaciones del Ejército. En estos casos, no requerirán autorización las inversiones que no alcancen el 5%, "siempre y cuando no permitan al inversor formar parte, directa o indirectamente, de su órgano de administración".

STC parece acogerse únicamente a esta condición, pues ha adquirido el 4,9% sin requerir autorización. Sin embargo, ha condicionado la compra del 5% restante a conseguir la luz verde del Gobierno. En las actividades relacionadas con la defensa nacional, a diferencia del régimen general, la solicitud de autorización se tramita a través de la Dirección General de Armamento y Material del Ministerio de Defensa, departamento que es quien eleva la propuesta al Consejo de Ministros para su resolución definitiva.

De este modo, el plan es que una vez la Moncloa dé el OK definitivo, STC ejecutará la compra del 5% restante, alcanzando el 9,9% fijado como objetivo de la operación.

Un examen político

A pesar de que el régimen fije un plazo de tres meses para resolver la solicitud, lo cierto es que la Moncloa tiene un as en la manga para dilatar la operación si entiende que esta no se está produciendo en las condiciones adecuadas. Y es que ese periodo de tres meses empieza a contar desde que la Administración entiende que tiene toda la información necesaria para evaluar la inversión. Si el organismo competente requiere nueva documentación, el contador del plazo se pone a cero y vuelve a empezar a correr cuando esta haya sido presentada. En este trámite es donde el Ejecutivo cuenta con mayor capacidad de bloqueo o ralentización para ejercer presión y hacer valer los intereses que considere necesario defender.


Nadia Calviño

El 6 de septiembre, la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, ya advertía de que el Ejecutivo se encontraba analizando "todos los factores" de la transacción para saber en qué medida se aplica el régimen de inversiones extranjeras, y advertía de que actuarían para proteger "los intereses y sectores estratégicos" españoles.

Con la operación, STC Group se sitúa como el mayor accionista de Telefónica, superando a BBVA y La Caixa, que poseen un 5,2% y un 4,8%, respectivamente.

Una inversión a largo plazo

La inversión de STC Group se ha realizado mediante la compra directa de acciones representativas del 4,9% del capital social de Telefónica y de instrumentos financieros que le otorgan una exposición económica sobre otro 5% del capital social de Telefónica. Estos instrumentos financieros se liquidarán físicamente una vez que se obtengan las autorizaciones regulatorias necesarias, lo que permitirá a STC Group ejercer los derechos de voto correspondientes a ese 5%.


Desde STC Group han asegurado que no tienen intención de adquirir el control o una participación mayoritaria en Telefónica, sino que se trata de una gran oportunidad de inversión que les permite utilizar su sólido balance y mantener al mismo tiempo su atractiva política de dividendos. Asimismo, han destacado que esta adquisición representa otro hito importante en su estrategia de expansión y crecimiento, y refleja la confianza en el crecimiento sostenible y el potencial alcista de Telefónica.

STC Group es el líder del mercado saudí de telecomunicaciones y uno de los mayores operadores del mundo árabe. Como parte de su estrategia de crecimiento, STC ha realizado una serie de inversiones en el sector de la información, la comunicación y la tecnología, tanto en Arabia Saudí como en el extranjero, siendo la más reciente la adquisición por su filial Tawal de los activos de torres de telecomunicaciones de United Group en Bulgaria, Croacia y Eslovenia.

El presidente de STC Group, Mohammed K. A. Al Faisal, ha comentado que su compañía comparte muchas similitudes con Telefónica. "Esta importante inversión a largo plazo de STC Group está alineada con nuestra estrategia de crecimiento, según la cual invertimos en sectores como la tecnología y la infraestructura digital en mercados que consideramos prometedores alrededor del mundo", ha sostenido.

El Gobierno analiza si la operación requiere autorización

Por su parte, fuentes de Moncloa han indicado a laSexta que el Gobierno está analizando si la operación requiere algún tipo de autorización por tratarse de una inversión en un operador estratégico. Además, han puesto en valor a la compañía destacando que la operadora "está desarrollando un papel relevante en el proceso de transformación digital de España" para que el país esté en los primeros puestos en conectividad y digitalización de la UE.


La noticia de que Saudi Telecom había comprado el 9,9% del capital de Telefónica fue recibida con cierto entusiasmo por los inversores. El miércoles 6 de septiembre, Telefónica abrió la sesión bursátil con un fuerte repunte, liderando las subidas del Ibex 35. Sin embargo, el optimismo inicial se fue diluyendo a lo largo del día, ante la incertidumbre sobre el impacto real de la operación en el valor de la compañía.

La compra del 9,9% de las acciones de Telefónica por parte de STC Group, ha sorprendido tanto al Gobierno de España como al propio CEO de la compañía española, José María Álvarez-Pallete. La operación, valorada en unos 2.000 millones de euros, ha despertado la atención del Ejecutivo, que ha anunciado que estudiará todos los factores relevantes para determinar si se aplican o no los mecanismos de control de inversiones extranjeras que se han reforzado desde 2018.

STC Group se puso en contacto con el Gobierno el martes 5 de septiembre, tras hacerse pública la operación a través de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMC), y le transmitió el carácter amistoso de la misma. Según la compañía saudí, STC Group no tiene intención de tomar el control de Telefónica y considera que su inversión es un apoyo al equipo directivo, a la estrategia y a España. El CEO de Telefónica, que se encontraba de viaje en California (Estados Unidos) cuando se anunció la operación, ha viajado a Riad para conocer los planes de la operadora árabe.


Una empresa estratégica para España

El Gobierno ha expresado su preocupación por la entrada de STC Group en Telefónica, una empresa que considera estratégica para el país y para la transformación digital. La vicepresidenta económica del Gobierno, Nadia Calviño, que se encontraba en Bruselas para reunirse con miembros de la Comisión Europea, ha explicado que el Ejecutivo trabaja para "proteger los intereses y sectores estratégicos de nuestro país, protegiendo el atractivo de España para las inversiones extranjeras". Calviño ha señalado que se están analizando todos los factores para saber si se aplican o no las normas de control de inversiones extranjeras, como la participación en el capital, el ejercicio de los derechos de voto y la relación con la seguridad y defensa de España.


En la misma línea se han pronunciado otros miembros del Gobierno, como la ministra Portavoz en funciones, Isabel Rodríguez, y el ministro de Industria, Comercio y Turismo, Héctor Gómez. Rodríguez ha afirmado que el Gobierno tiene la capacidad de valorar este tipo de inversiones que no afectan al control de la compañía y que existen canales para preservar la autonomía estratégica de España. Gómez ha destacado que se está estudiando la operación con mucho detenimiento y que se le hará un seguimiento. "Telefónica es una empresa emblemática en nuestro país, sino que es una compañía estratégica, un operador estratégico y que el Gobierno va a velar, por supuesto, por la autonomía estratégica de España con absoluta normalidad y tranquilidad", han coincidido ambos ministros.

Telefónica resiste en verde tras la entrada de Saudi Telecom

A pesar de la pérdida de impulso, Telefónica logró mantenerse en terreno positivo al cierre del mercado, el pasado miércoles 6 de septiembre, con una subida del 0,27%. Fue uno de los pocos valores que resistió el embate de la jornada, marcada por los números rojos en el Ibex 35 y en las principales bolsas europeas.

¿Sorpresa en la Casa del Rey?

La compra de acciones de Telefónica no solo sorprendió al mercado, sino también a la Casa del Rey, que no fue informada previamente por la empresa árabe.


Según fuentes de Zarzuela, la residencia privada de la familia real española y sede de la Casa de Su Majestad el Rey Felipe VI, nadie les comunicó las intenciones de STC de adquirir una parte importante del capital de Telefónica. "En la Casa del Rey no se ha recibido ninguna comunicación por parte de la compañía STC informando de la operación de compra de acciones de Telefónica", han recalcado las fuentes a Europa Press.

El rey Felipe VI ha levantado un cortafuegos respecto a los anteriores negocios de su padre, el rey emérito Juan Carlos I, que tiene un vínculo histórico con la monarquía saudí.

El rey emérito, instalado en Abu Dabi, fue la primera alta personalidad occidental que rehabilitó con una fotografía en 2018 al príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salman, considerado el autor intelectual del asesinato del periodista Jamal Khashoggi. En el plano económico, tampoco hay que olvidar que el emérito jugó un papel clave en la adjudicación del AVE a La Meca, y labró durante años contactos con empresarios como Mohamed Eyad Kayali, patrocinador de la famosa cacería en Botsuana.

La oposición, por su parte, ha reprochado al Ejecutivo que no estuviese al tanto de una operación tan relevante para una compañía centenaria española. "Que el Gobierno no se haya enterado de esta cuestión me preocupa. Nadie considera al Gobierno un interlocutor válido", censuraba el jueves 7 de septiembre Alberto Núñez Feijóo. El líder del PP instaba además a Sánchez que vigilase que la toma accionarial de Arabia Saudí "no conlleve ningún problema para la plantilla ni para la españolidad de la compañía"

Una relación histórica entre las monarquías española y saudí


Felipe VI y Mohamed bin Salman

La noticia de la entrada de STC en Telefónica ha generado diversas reacciones políticas y empresariales, ya que se trata de una empresa estratégica para el país y con una fuerte presencia internacional. Algunos sectores han expresado su preocupación por el posible impacto en la seguridad nacional.

La operación también ha puesto el foco en la relación entre las monarquías española y saudí, que ha sido históricamente buena y fluida. El rey Juan Carlos I, padre del actual monarca, mantuvo una estrecha amistad con la familia real saudí.

El rey Felipe VI también ha mantenido contactos con la familia real saudí desde su proclamación en 2014. En 2018 recibió en el Palacio Real al príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salmán, que es quien ostenta el poder ante el frágil estado de salud de su padre, el rey Abdalá bin Abdelaziz.

La compra de Telefónica por parte de STC Group, bajo sospecha

El influencer político sevillano Alvise Pérez ha denunciado que la operación de compra de la participación en Telefónica, por parte de la empresa saudí STC Group, se debe supuestamente a la corrupción de varios directivos de la compañía española, que habrían recibido financiación y favores de los saudíes a cambio de facilitar la transacción.

Según Pérez, uno de los casos más flagrantes es el del directivo de Telefónica Juan Manuel Velasco, al que los saudíes le habrían financiado el mayor centro de ciberseguridad de Arabia para STC Group. Este centro se ocultaría bajo la empresa Aiuken Security.

Pérez afirma que hay más operaciones similares con otros directivos de Telefónica en Oriente Medio y Norte de África.



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